21- confesión

42 3 0
                                    

Después de ese traumático suceso, Zowi iba en bicicleta al instituto, así podría perder rápidamente a cualquier auto o persona que la siguiera, gracias a esto, había escapado de Jake unas 4 veces en dos semanas.

-Zowi, me puedes ayudar con este ejercicio?

Preguntó Tate, cansado de intentar resolver un problema de aritmética.
Ella al verlo todo despeinado, sonrió.
-Claro, para eso estoy.

Tomó el cuaderno y el lápiz, leyó el ejercicio y empezó a explicarle.

Cada tanto su mente se iba a ese momento, sin duda su encuentro con Jake la traumatizo.

Tate era un buen oboservador, sobretodo con Zowi. Conocía cada expresión suya, pero está vez ella estaba completamente ida.
-Estas bien?

Le preguntó con genuina preocupación.
Ella al verle tan sincero, pensó en decirle lo que estaba pensando.
-Yo...

-Tate!

Gritó una chica que era de otro salón.
Tate rodeó los ojos, disgustado por la interrupción.

La muchacha se acercó a él, casi sin ver a Zowi.
-Zac hará una fiesta en su casa, vamos?

Tate odiaba esas cosas, pero Zowi se metió entre ellos.
-Es al salir de clases?

Preguntó algo ansiosa.
Tate la miró con el seño fruncido, ella jamás había ido a una fiesta en su vida.
-Quieres ir?

Le preguntó perplejo.
Zowi miró sus uñas, estaban todas mordidas, definitivamente algo le estaba pasando.
-Si... Mis padres viajaron por esta noche y no quiero estar sola en casa.

Tate no tenía la intención de ir, pero no iba a dejar a Zowi sola en un ambiente así.
-Entonces yo también voy, es lo mínimo que puedo hacer por mi tutora.

.
.
.
.

Tate y Zowi fueron por sus bicicletas. Mientras iban a buscarlas, hablaban de lo que pasaba en las fiestas de Zac.
-Una vez un idiota casi se ahoga en la piscina, lo habían retado a nadar de un extremo a otro pero no sabía nadar.

Ella se sorprendió.
-No sabía nadar? Pero los otros sabían esto?

Tate negó con la cabeza.
-Para nada, él decía que era un excelente nadador... Supongo que la mentira y el alcohol lo hicieron lanzarse al agua.

Sacaron sus bicicletas y se pusieron el casco.
-Hubieras visto como andaba, era como un Chihuahua.

Tate imitó el movimiento de un perrito nadando y Zowi rio tan alto que Tate se sonrojo.
-Y dónde es la casa de Zac?

Preguntó la chica, mientras se sentaba.

Tate guardó sus audífonos en su mochila.
-Tu sígueme.

Ella asintió, feliz, hasta que vio a lo lejos el auto de Jake. Sin duda era él.
Tate notó su cambio de humor y dirigió su mirada atrás de él.
Vio un auto que para él debía ser muy costoso, jamás lo había visto por el lugar.
Volvió a ver a Zowi, quien estaba casi sin respirar.

Tate enseguida le tomó la mano.
-Oye... Vamos?

Ella miró la mano de Tate sobre la de ella y sonrió.
-Si...

Ambos emprendieron el camino a casa de Zac, sin decir mucho.
Cuando habían avanzado dos manzanas, se dieron cuenta que aún estaban tomados de la mano.
Se miraron y se sonrojaron.
Zowi frenó y el igual.
-Perdon, no me había dado cuenta.

Dijo ella avergonzada.

-No, está bien, quiero decir, no me molesta para nada.

La luces del auto que Tate había visto, se encendieron de tras de ellos.
Avanzó muy lento. Zowi agarró de los codos a Tate y lo giró de tal forma que ella le tapaba el rostro.

Solo vió las luces pasar al lado de ellos, Zowi volteó y miró al conductor, Tate no pudo ver su rostro, ella le tapaba.
El auto siguió su curso y ella estaba temblando.
-Porque tiemblas? Quien es?

La chica, asustada miró a Tate.
Su mirada se ablandó a penas cruzaron miradas.
-No lo sé, pensé que nos iba a asaltar, que bueno que se fue.

Zowi le soltó y se montó en su bicicleta.
-Vamos o no?

Estuvieron en la fiesta casi dos horas, todos conocían a Zowi, era bastante querida por la mayoría de la escuela, incluso por los matones.
En cambio Tate, tenía siempre la envidia de los hombres, las chicas se le acercaban casi lanzando sus bragas. Pedían a gritos acostarse con él.
A pesar de esto, Tate nunca se apartó de Zowi, hacía caso omiso de las chicas y solo la seguía a ella.

Tate estaba feliz, se le veía más tranquila y amena.
Hablaba con diferentes personas, le ofrecían alcohol y aunque ella no tomaba, aceptaba, sin embargo Tate se terminaba bebiendo todo.

Cuando Zowi vio que Tate ya estaba un poco pasado de copas, lo alejó de la multitud.
-Tate, creo que deberíamos irnos a casa, te balanceas como un columpio.

El chico miró sus pies y sonrió.
-Pensaba que estaba temblando...

Zowi rodeó los ojos y lo arrastró del brazo hasta la puerta, pero Zac los interceptó.
-Zowi, ya te vas?

La chica apuntó a Tate.
-No se puede mantener en pie, es mejor que no vayamos.

Zac la detuvo.
-Y como piensas ir. Sola cargando lo en bicicleta?

Era ajustamente lo que planeaba.
Zac sonrió.
-No, te llevaría pero bebí cerveza y seguramente el 80% de las personas aquí igual... Prefiero que se queden aquí.

Ella miró al patio, Zac tenía razón, además estaba más segura en casa de Zac que en su casa.

Zac le indicó una habitación donde podían quedarse por esa noche. A pesar del ruido de la fiesta, Tate estaba durmiendo.
Le abrigó con un cobertor y lo acomodó.
-Bien. Ahora podrás dormir tranquilo.

Le dijo mientras acariciaba el rubio y suave cabello del chico.

Se dió vuelta para buscar dónde acomodarse y sintió los brazos de Tate en su cadera.
-Tate?

El joven no respondió, se limitó a oler su cabello, algo que le recordó a Jake.
Trato de safarse, pero Tate la empujó hasta la pared.
Era prácticamente la misma posición en la que Jake la había puesto aquel horrible día.
Los recuerdos y el asco empezaron a aflorar, por un momento se sintió de la misma forma.

-Me gustas Zowi.

-Me gustas Zowi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A first love tale (Tate Langdon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora