30- Fin?

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—Qué diablos está diciendo Zowi?— preguntó Zac, su voz resonando con incredulidad.

Elliot se quedó petrificado, incapaz de procesar las palabras que flotaban en el aire.
—¡Fue un suicidio! —exclamó, su voz es un eco de desesperación.

Tate, mudo, observaba la escena. La mirada de ella lo atravesaba; estaba aterrado. Nunca imaginó que le dolería tanto ver esa expresión en su rostro.

Jungkook, en cambio, esbozó una sonrisa siniestra.
—Eso, no es tan difícil decir la verdad— dijo con una facilidad que helaba la sangre.

Tate frunció el ceño, confundido.
— Pero ellos fueron encontrados ahorcados...—

Las imágenes del informe inundaron su mente: las huellas de Zowi en las cuerdas, la casa donde ocurrió la tragedia, la muerte que parecía cerrar todas las puertas a la verdad.

Zowi suspiró, un sonido cargado de secretos y resignación.
—Ellos llegaron a un trato con Jake, ese día que desaparecí,— comenzó, su voz apenas un susurro. — recibieron un millón de dólares a cambio de fingir mi secuestro. JK me llevó a la casa después de que se confirmó mi muerte y ahí supe todo... Ellos me vendieron.—

—Y los idiotas pensaron que los dejaría vivir luego de darles un millón de dólares. Eran testigos de lo que pasó, no los dejaría vivos — continuó, su tono oscuro como la noche sin estrellas.

Tate miró a JK, quien devoraba a Zowi con la mirada. Apretó los puños, luchando por mantener el control. Necesitaba más información, cada detalle era vital.

—Pero entonces, si este... hombre, quería matarlos, ¿cómo te involucraste?— preguntó, su voz tensa como una cuerda a punto de romperse.

Ella no apartaba la vista de Jungkook.
—Me desperté en mi casa, estaba en el suelo. Cuando me levanté, vi a Jake poniendo las cuerdas alrededor del cuello de mi madre. Intenté ayudarlos, pero fue entonces cuando Jake los obligó a decir la verdad.

—Fue entonces cuando Zowi quitó los asientos que los mantenían vivos. Fue algo imprevisto pero sorprendente. Ahí vi el potencial que tenía, sin duda había elegido bien a mi pareja — narró, su voz revelando una mezcla de horror y admiración.

Tate golpeó la mesa con fuerza, su frustración estallando como un trueno.
Jungkook lo miró con odio.
— zowi era una niña, no una mujer, no quería nada contigo — escupió, cada palabra una sentencia.

-Tate...

Jungkook entrecerró los ojos, la sombra de un pensamiento oscuro cruzando su mirada.
-Debe haber sido atroz, ¿verdad? Creer que la protegiste todos estos años, solo para pensar que había perecido en el mismo lugar donde te desplomaste, como un cobarde. No has cambiado, Tate. Fue tan sencillo engañarte en aquel hospital, tan ingenuo, tan frágil. No eres más que un...

Antes de que pudiera terminar, Zowi se lanzó sobre él con la furia de una tormenta, golpeando su rostro una y otra vez. JK soltó una carcajada burlona.
John y Elliot irrumpieron en la habitación para detenerla, pero solo con la ayuda de Jack lograron apartarla.
-¡Maldición, Zowi! ¡Cálmate! -le regañó Jack.
La sacaron entre los tres, dejando a Tate a solas con JK, quien se levantó, limpiándose la sangre del rostro con un gesto despectivo.
-Esto es patético -escupió Jake, lanzando a Tate una mirada cargada de un odio visceral, como si quisiera borrarlo de la existencia.
-Nunca me defendió así. No le importaba si me mataban, pero si hablas mal de ti, se transforma en una bestia... Debí acabarte aquel día.

Tate asintió, su silencio era un eco sombrío.
-Pensamos igual. Pero tu destino es la reclusión perpetua.

Jungkook ajustó su silla y se sentó con resignación.
-Tal vez.

A first love tale (Tate Langdon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora