Capítulo 8:

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                ¿Quién diablos es esta persona? ¿Por qué me vigilaba? ¿Qué sospechas hay? ... ¿Qué quiere? Ahora más que estar curiosa y estar revisando cosas que no debo ver, estoy profundamente asustada, tengo miedo de quién pueda ser, tengo un presentimiento de que es una mujer, ahora de quien sospechar. ¿De mi madre? No lo creo, ella no lo haría y no firmaría como "XX)". ¿Papá? No, tampoco. También no sería capaz, ni diría "Un enorme beso". Me quedan Lía y su novia Rene. Estoy más segura que mi amiga no fue, pero por qué no sospechar. Solo falta Rene, estoy casi segura que ella pudo haber sido. Tengo verla si o si mañana, tal vez la vi en mi fiesta como aquí dice en la carta, ella pudo haber ido. Ahora no se si puedo confiar en ella. Sera mejor preguntarle a... ¡PETER! EL PUEDE SER TAMBIEN?! ¡TALVEZ SOLO ESTA JUGANDO CON MIGO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! NO PIENSES ESO.

¡OH, DIOS MIO! ¡YA NOSE EN QUIEN CONFIAR!!

¿En qué carajo está metido mi hermano? ¿Porque hace esto? Porqué... Mis ojos se hunden en lágrimas, una por una resbalan sobre mi mejilla. ¿Por qué diablos lloro? Porque ya no se ni quien es mi HERMANO. A la persona que lo llamaba así, ya no está. Tiene un secreto, sé que es algo malo. Hare lo imposible por descubrirlo.

Limpio con fuerza mis cachetes húmedos en lágrimas. Saco mi celular de mi bolsillo trasero del jean, comienzo a sacar tres fotos de la carta, luego dos fotos más de la hoja que tenía los nombres de papá y el nombre que me suena conocido. Sin hacer ruido pongo todo en su lugar tal como estaba. Me levanto de inmediato y me dirijo hacia mi habitación. Cierro la puerta detrás de mí, tiro mi celular en la cama y camino hacia mi armario para cambiarme la ropa por mi pijama.

* * *

Mis pies se caen con cada paso que doy. Esa voz me llama, me pide ayuda.

-¡Ayuda! ¡Ven por favor Lizbeth! –Grita a pulmón la voz. Repite la misma frase una y otra vez sin parar. No logro determinar si la voz de una mujer o hombre.

-¡¡Lizbeth!! –Grita una vez más. Todo termina en un silencio. Todo a mí alrededor se pone oscuro. Mis pies se pegan en el suelo no puedo sacarlos.

-Lizbeth... ¿Dónde estás? Te estaba vigilando. –Dice con tono de burla, suelta una carcajada.

-¡¿Qué?! ... ¡¿Quién eres?! –Digo con voz asustada.

-Soy yo Lizbeth... ¿No te acuerdas de mí? –Entre la oscuridad unos ojos se abren como los de un gato. Comienzan a agrandarse cada vez que se acerca. Hasta que están al frente mío, se ve la silueta de una mujer, esta comienza a sacar algo de su bolso.

-No... no se... no sé quién eres... -Tartamudeo.

-Oh! –Dice. – ¡DEJA DE FINGIR DE UNA MALDITA VEZ HELENA! ¡DEJA DE FINGIR QUE ERES LIZBETH! ¡DEJA DE HACERLO!

-¡¿Qué?! Soy... -Mi frase se interrumpe por un dolor que siento sobre mi vientre. Miro hacia abajo, un cuchillo atraviesa mi cuerpo. Me agacho por el inmenso dolor. Ella sale de su sombra y me tira sobre el suelo.

-Deja de fingir que eres yo... -Dice. –¡¡Mírame hija de perra!! ¡Quiero verte sufrir! –Levanto mi mirada. Mis ojos quieren estallar, soy yo. Ella es Lizbeth, ella es yo. –Adiós Helena... -Atraviesa otro cuchillo sobre mi vientre. Grito de dolor...

-¡NO! –Grito. Mis ojos se abren en lágrimas. Mi vista se fija en el techo de mi habitación. Me levanto sobresaltada en la cama. Todo está en su lugar, solo fue un sueño, una fea pesadilla.

"Juntos Por La Vida"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora