a la hora de la salida, max esperó afuera de la escuela por su mejor amigo, quien aún no salía de su clase. se había puesto a jugar con una piedra que había encontrado en el suelo rodándola con su pie para luego patearla lejos de él y miraba la puerta, deseando a que milagrosamente su castaño amigo saliera.— ¡max! —y como si alguien allá arriba lo hubiera escuchado, apareció el menor, llamando su atención. — no te hice esperar mucho, ¿verdad? —dijo, una vez llegó con el mayor.
max solo negó y ambos jóvenes comenzaron a caminar en un silencio bastante cómodo, ninguno decía nada pero sabían que no importaba, se sentían bien así. al llegar a la casa del rubio, se quedaron afuera un rato sin saber qué hacer.
— ¿quieres pasar? —dijo el mayor, algo tímido. lo cual era tonto, pues el castaño ya había visitado incontables veces su casa. — mi padre no vuelve hasta tarde, podemos ver una película.
charles hizo una mueca, pensando en si realmente sería buena idea. después de un rato asintió. max sonrió y se puso a buscar las llaves, cuando las encontró, las metió en la cerradura y entraron a la casa.
— siéntate, sabes que estás en tu casa. —habló verstappen, dirigiéndose a la cocina para preparar algo de palomitas. — escoge la película que quieras.
el castaño hizo lo que el mayor le pidió, buscando alguna buena película que ambos disfrutaran ver. el rubio era muy miedoso así que descartó las películas de terror. por lo que decidió que verían comedía romántica, después la metió en el dvd y se dirigió a la cocina donde se encontraba max revisando su celular mientras esperaba a que las palomitas se hicieran.
— ¿quieres que te ayude en algo? —habló el castaño y max guardó el aparato en el bolsillo de su pantalón.
— mhm, ¿puedes llevar la soda a la sala? —dijo el mayor después de pensar un poco. el menor asintió y buscó en el frigorífico las bebidas para después llevarlas y dejarlas en la mesa del centro.
no hizo falta volver, pues max ya llevaba las palomitas en un tazón. tomó asiento colocando éste en medio de ambos para que pudiesen agarrar. charles le dio play a la película y ésta comenzó.
ninguno decía nada, solamente disfrutaban de la película. a ambos les gustaba la comedia romántica por lo que al mayor no le importó mucho la elección del castaño. era su favorita de hecho, la había visto incontadas veces que podría jurar que se sabía los diálogos de memoria.
— creí que no te gustaba esta. —habló max, rompiendo el silencio que se había creado, sin despegar la vista de la televisión.
charles se encogió de hombros.
— no es mi favorita pero puedo verla. —dijo sin interés. — además, sé cuanto te gusta.
el rubio quiso reprimir una sonrisa.
ninguno volvió a hablar, siguieron mirándola y de vez en cuando agarrando palomitas.
cuando charles iba a tomar otro puñado de palomitas, se encontró con la mano de max, ambos se voltearon a ver sólo por un momento. hasta que el menor decidió romper el contacto algo nervioso, sacó la mano del tazón y siguió viendo la película.
— charles. —llamó la atención del aludido.
" no, ¿qué mierda haces? " se dijo el rubio a si mismo.
el castaño aún nervioso hizo un sonido con la garganta para que supiera que lo estaba escuchando.
— bésame. —habló en un susurro, mirándolo.
leclerc abrió los ojos de par en par, sin creer lo que acababa de escuchar.
de acuerdo, él ha estado permitiendo esto y claramente no es la primera vez que se lo pedía.
pero, ¿debería seguir cediendo? ¿estaba bien? ellos son amigos, ¿no? charles a estas alturas ya ni sabía.
el castaño debía admitir que sí, se había encontrado a si mismo disfrutando de besar los labios de su... lo que sea que fuera. sin embargo, este creía que definitivamente se le estaba yendo de las manos.
no había ningún movimiento de parte del menor y max comenzaba a pensar que se estaba aprovechando.
— ¿podemos olvidarlo? yo... —ni siquiera pudo terminar la frase, en un abrir y cerrar de ojos, se encontraba sobre el castaño y este último estampó sus labios sobre los del mayor. max no lo pensó dos veces y correspondió el beso.