ocho

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las vacaciones de verano estaban a sólo unas horas de empezar y charles no podía esperar un segundo más.

comenzaba a desesperarse, las clases, para colmo iban más lento de lo que pudo haber deseado alguna vez.

literalmente leclerc observaba el reloj que se encontraba sobre el pizarrón, sin perderlo de vista un segundo, viendo como las manecillas giraban haciendo eco en el aula.

para la última clase, charles se encontraba mucho más concentrado viendo la hora mientras la profesora no dejaba de hablar sobre quién sabe qué, aburriendo a los alumnos quienes solo deseaban salir de aquel infierno.

pronto, el timbre comenzó a sonar. dando por finalizada la clase y con ella, el comienzo de las vacaciones. los alumnos sin decir más, tomaron sus cosas y comenzaron a salir del aula, alegres de que otro ciclo escolar haya finalizado.

charles salió junto a sus amigos del salón, platicando animadamente.

— ¿van a hacer planes para las vacaciones? —inquirió lando.

luego de pensarlo un poco, los demás chicos negaron mirando a norris, sabían que algo planeaba.

— ¿qué tienes en mente? —preguntó ahora pierre, mirándolo expectante.

lando sonrió de oreja a oreja.

— unos amigos irán a la playa, ¿quieren ir?

charles amaba a los amigos de lando, pues haría algo divertido en el verano a pesar de que seguro solo irían un par de días.

todos asintieron y comenzaron a planear el viaje. se irían el sábado por la madrugada para llegar temprano y regresarían más o menos el lunes o el martes.

incluso iban a invitar a los novios de sus amigos, por lo que charles no se quedó atrás. decidiendo invitar a max.

leclerc se dirigió a casa solo, debido a que ya no había encontrado al de cabellos rubios. por lo que supuso que ya se había marchado a su hogar o se encontraba con amigos.

al llegar, saludó a su mamá y subió escaleras arriba, dejando su mochila en la cama y se recostó boca abajo.

estaba feliz, ya que al fin se había liberado de tareas, proyectos y exámenes escolares que pudiesen estresarlo.

max se encontraba en su habitación con su portátil cuando escucho su móvil sonar con un tono diferente al de sus demás contactos

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max se encontraba en su habitación con su portátil cuando escucho su móvil sonar con un tono diferente al de sus demás contactos. en seguida supo que era el monegasco. lo tomó entre sus manos y entró al chat que tenía con el menor.

charlie 🩶
hey
¿tienes planes para este fin de semana?

max dudó un poco y con el ceño levemente fruncido, comenzó a teclear.

maxie 💛
¿por?
¿tienes algo pensado?

y envió el mensaje para seguir concentrado en su computadora. la respuesta de leclerc no tardó mucho en llegar.

charlie 🩶
¿quieres ir a la playa?
los amigos de lando lo invitaron, así que nosotros vamos a ir también, ¿qué dices?

el rubio hizo una mueca. la última vez que salieron por los amigos de lando no terminó muy bien. no le traía buenos recuerdos. como si el que leclerc le leyera la mente, volvió a enviar otro mensaje.

charlie 🩶
¿por mi? :(((

el neerlandés suspiró pesado, agradecido de que su amigo no pudiese verlo en ése momento, por lo que terminó accediendo. y sin pensarlo dos veces, comenzó a empacar. no estaba seguro cuándo iban a volver así que terminó guardando ropa de más.

al caer la noche, max se durmió enseguida.

cuando despertó debido al molesto sonido de la alarma, la apagó y talló sus ojos con ambas manos hechas puños, para después levantarse de mala gana, dirigiéndose al sanitario y así asearse.

algunos minutos después, salió y comenzó a vestirse. se puso unos vaqueros rasgados, una camisa negra, un buzo del mismo color y tenis blancos.

al salir, cerró la puerta detrás de él cauteloso, evitando despertar a su padre.

no supo cuánto tiempo estuvo sentado en la acera, sin embargo, al cabo de un rato, llegó una furgoneta donde vio bajar a su castaño amigo.

— ¿listo? —habló charles cuando llegó en frente del rubio y le dio un pequeño beso.

max se quedó atónito y asintió una vez se había recuperado de éste. sentía las mejillas rojas.

— nos van a ver. —se quejó el mayor en un susurro.

el monegasco no pudo evitar reír leve y tomó las cosas de verstappen, llevándolas a la cajuela del auto.

— ya nos han visto, no tienes de qué preocuparte. —contestó como si no fuera la gran cosa, sonriendo de lado y guiñándole el ojo.

¿qué? ¿visto ellos? ¿cuándo? se preguntaba el neerlandés.

fue una clase de consolación pero max comenzaba a pensar que era todo lo contrario, que charles intentaba burlarse de él.

sin decir más, se adentraron al auto y cuando estuvieron listos, emprendieron su camino.

el carro iba en un silencio incómodo, o éso pensaba max que, aunque la radio estuviera prendida, tenía un volumen bajo que sencillamente podía escuchar su corazón acelerarse tanto que no le extrañaría que alguien lo escuchara.

la razón era sencilla. debido a que la furgoneta no era tan grande para que los ocho jóvenes se pudieran sentar libremente, verstappen se encontraba sobre el regazo de charles.

mientras más lo pensaba, sabía que no debía estar nervioso, pues ya se había sentado sobre el menor anteriormente, pero de alguna forma se sentía como si fuese la primera vez.

incluso no apoyaba todo su cuerpo, pues tampoco quería lastimar al menor con su cuerpo.

pronto, sintió unas manos sobre su cintura que lo acercaba al pecho de leclerc, haciendo que sus ojos se abrieran de par en par.

— no te ves muy cómodo. —susurró el castaño cerca de su oído.

el neerlandés sintió una corriente pasar por su espina dorsal.

— estoy bien. —habló en un susurro también. intentó hacerse hacía el frente de nuevo pero el agarre en su cintura se intensificó.

— no pesas nada, maxie. —intentó tranquilizar al aludido, quien suspiró pesado y asintió.

verstappen odiaba ser tan débil cuando se trataba del monegasco.

— no quiero lastimarte, charlie. —se excusó.

— no te preocupes por mí, me importas tú. —dijo y colocó su mandíbula sobre el hombro del mayor.

el día apenas comenzaba pero, en menos de una hora, se había sonrojado dos veces y ambas eran debido a charles que ahora se encontraba abrazándolo.

iba a ser un largo viaje.

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