Capítulo 7: Hermanos Atom.

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-¡Porque dejaste que lo atraparan!-Angy golpeo la pared, sosteniendo su teléfono con la otra mano.-No puedo salir de la zona sur... tendrás que buscar una manera de sacarlo.

Angy continúo su camino, hasta donde se encontraba el tribunal de la zona sur.

-Sé que no es tu culpa, Idate puede meterse hasta en un tubo y salir en el peor lugar posible.-Las personas a su alrededor se alejaban de ella, que ella estuviera ahí, solo significaban problemas.-Por favor, cuida de Pi hasta que lleguen Kuru y Oniri y lamento la reacción de seguridad, ¡Pero les dije que no fueran!

Angy se detuvo frente a una gran puerta de madera.

-Lo siento, ya me voy, dile a Pi que la quiero....y gracias Rock-Con eso colgó y entro a la sala de juicio.

-Bienvenida señorita Atom, no agrada su presencia al fin.-una gran águila calva la miraba enojado.

-Lo lamento, no es mi culpa que a última hora me llamen, tengo más clientes que atender-Angy toma asiento al lado de su cliente.

El trabajo de cada día, tener que soportar a estos criminales buenos para nada, que lo único que saben hacer es sonreír con triunfo cuando la miran.

Ser abogada defensora no es fácil, tiene que dar todo para que su cliente que por obvias razones es culpable, salga limpio de su juicio.

Le fastidiaba, porque sabe que en algún punto si le tocara un culpable que si es inocente, pero mientras sean negociadores de su madre, nunca serán buenos.

- Bien, damos comienzo a este Juicio número 19, hora 2 de la tarde, del día miércoles 9 de 2023. Se declara abierta la sesión.-Y así comienza esta tortura.

Angy escuchaba atentamente, pero todos esos movimientos de ajedrez, eran inútiles, ella ya sabía que ganaría, después de todo, siempre hay algo debajo de la meza que los justiciero nunca veían.

Y eran las trampas, las crueles y tristes trampas.

-Dice que su único testigo, el que vio todo lo sucedido, ¿desapareció?-el juez miraba al abogado incrédulo.-y las pruebas, se desvanecieron. Está jugando conmigo abogado.

Y como todos los juicios donde estaba Angy, eran tan desgarradores y deshonestos, muchos desean que ella jamás aparezca, padres dolidos, amigos, abogados, jueces, todos lo deseaban, ella era una arpía, con linda cara.

-Entonces... ¿Por qué hacen perder tiempo a mi cliente?-escuchar su voz, era oír una sentencia de muerte.-Si no hay nada, no se puede culpar a alguien, ¿o sí?

El juez negó con la cabeza, y con su mazo, dio a finalizar el juicio, los murmurios se hicieron sonar, Angy se levantaba junto a su cliente, para salir.

-¡Él es un monstruo!-Un hombre grito, los policías detenían al pobre hombre que lloraba con desesperación.- ¡El mato a mi hija!, ¡Es un asesino!

Angy lo miro de reojo, solo por un momento, para continuar su camino.

-¡tú eres una maldita!, ¡Noooo!-Angy se apresuró a salir, no podía soportar esos sonidos y chillidos.

Siguió su camino hasta un lugar más apartado.

-Muy bien infeliz, devuélvelos-Angy estiro su mano- Ya te sacamos, asique es momento de que entregues lo que robaste.

-Uuuh, que tu madre no te enseño modales-él se acercó y tomo la barbilla e Angy-aunque me gustan las mujeres como tú.

-Claro....y por eso mataste a esa chica. ¿Fue demasiada fuerza para ti?

-Inconvenientes pequeños.

-Si, como digas, ¡La memoria ahora!-El hombre la tomo de la garganta, apretando con fuerza.

Osa malaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora