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Pagando las consecuencias de mis actos

Recuperé la conciencia de la forma menos agradable posible

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Recuperé la conciencia de la forma menos agradable posible. Las náuseas y el dolor de cabeza no tardaron en manifestarse. La sensación es de lo peor, incluso más que cuando me excedo con el vino. «Cortesía de los rituales malditos, supongo.» Fue reconfortante saber que el suelo estaba peor que yo; las velas se habían consumido y volcado, los narcisos habían perdido su pureza y quedaron en carbón, los frutos de ciprés... prefiero no seguir. Quedémonos con la idea que he de limpiar y ya. Me despido de la efímera sensación de alivio mientras intento estabilizarme. Y como la vida está en mi contra, por si no fuera suficiente el fracaso con Hades, cuando levanto la mirada del desastre me encuentro con un conocido par de ojos que reflejan la magia de un bosque. La belleza es innegable, pero también lo es la rabia que desprenden. Esto último estoy segura de que está orientado a mi persona.

— Puedo explicarlo. —mira por encima el contenido disperso por el suelo, haciéndose a la idea de la magnitud de mi impertinencia. La experiencia le permite, en cuestión de segundos, llegar a una rápida conclusión.

— ¿Puedes? —en el silencio del ocaso impera su voz, cuyo tono hace que me revuelva incómoda en mi sitio. No es la culpa ni el remordimiento lo que me causa molestia, sino saber que he fracasado y ella lo sabe.

— No estoy segura.

— No sé qué hacer contigo. —suspiró. Retira su mirada de la escena, como si ver por más tiempo le restara eones de vida, lo cual no tiene sentido. Si fuera humana sería lógico, pero es una diosa, un ser inmortal— ¿Qué te he dicho siempre?

— Pásame el ácido hialurónico y la vitamina c. —respondí. La escuchaba mínimo dos veces al día, estoy tan familiarizada con los conceptos que me resulta desagradable. De repente, una visión del balneario y el olor a aloe vera, bastante vívida, me generan escalofríos. ¿Qué tiene que ver lo uno con lo otro?

— Eso no, lo otro. —con sus palabras poco a poco se fue alejando el aroma cítrico del acíbar. Ahora, respecto a su pregunta, si no es nada relacionado con la skincare, no tengo idea alguna a lo que se refiere. Su pregunta fue bastante ambigua, a mi parecer, así que no puede culparme por no contestar como desea— «Si no estás preparada para ser cenizas, no juegues con fuego.»

Tomé mi tiempo para analizar su consejo, el cual tenía más sentido que mi respuesta. Sin embargo, no recuerdo haberla escuchado. En mi feedback, aparecen un par de ojos azules, fugazmente, que se marcharon con la misma velocidad con la que se manifestaron. «Céntrate, no es el lugar ni el momento.»

— Lo tuve presente. —la respuesta salió tan casual que quien no me conociera la hubiera creído. Desafortunadamente, mi mentora ha tenido el tiempo suficiente para tratarme, por consiguiente reconoce mi pauta de persuasión.

— ¿Y también pensaste en no volver a ver a Mia? —enmudecí y sentí como la presión me bajó. Fue un golpe bajo e hiriente, mas cierto— Estás castigada.

SUEÑOS SECRETOS || PJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora