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— P R I M E R A P A R T E —
No lo hagas, por favor, no seas el héroe

Desde el primer encuentro con él, Perseus Jackson, tuve el presentimiento que era un mestizo

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Desde el primer encuentro con él, Perseus Jackson, tuve el presentimiento que era un mestizo. Gracias a los encuentros que siguieron mi teoría no hizo más que confirmarse.

La primera confirmación fue el hecho de cumplir con mi requisito de contacto, como bien sabrás, los dioses y mestizos –incluyamos en la etiqueta a otras criaturas– involucran a otros dioses y mestizos. Si Perseus fuera un vulgar humano, la Niebla –no solo la genérica, también la de mi uso personal– se hubiera encargado de alejarlo de mi existencia. Asimismo, la cuestión yacía en: mestizo u otro ser similar.

La segunda fue más científica, pues presenta las dos cualidades de los semidioses de la nueva generación: el déficit de atención e hiperactividad y la dislexia. Características para el combate y leer griego, respectivamente. ¿Irónico, cierto? La evolución de la especie, mitad humanos y mitad dioses, es similar al de los humanos convencionales, quienes partieron del Australopithecus hasta ser el Homo sapiens sapiens. Las cualidades convergen conforme el tiempo, algo asombroso y asqueroso. En todo caso, este hecho reafirmó su existencia mestiza y descartó la posibilidad de cualquier otra criatura.

La tercera, y última, determinó su padre divino. No soy descendiente de la sabiduría –afortunadamente–, mas poseo un pensar lo suficiente ágil. De esta forma, cada encuentro estaba determinado a descartar divinidades hasta hallar a su ascendiente divino. No duró mucho la búsqueda. Mi estudio de pociones fue bastante discreto y eficiente. De ácidos-base que reconocen el potencial aural hasta disoluciones que reaccionan a cualidades extraordinarias. Perseus está fuera de la media, por mucha diferencia, su aura es abrumadora y se desarrolla en el medio acuático.

Mi conclusión estuvo fuera de mis expectativas: Perseus Jackson, un mestizo descendiente del dios griego Poseidón, dios de los mares y agitador de la tierra.

Un hijo de los tres grandes, un hijo prohibido.

La amargura cruzó mi paladar.

Está condenado.

Y te preguntarás por qué afirmo su desdicha, la respuesta es fácil: La Gran Profecía.

Aquella que nació después de la Segunda Guerra Mundial, tiempo en el cual se desató un conflicto bélico de escala internacional entre, no solo los Tres Grandes –Zeus, Poseidón y Hades–, sino también entre los propios descendientes. Sea como fuere, la mayor masacre desatada en la tierra; miles de muertes, incontables peligros y un sin fin de daños de toda clase. Un tiempo tan consumido por el caos que deleitó, inclusive, a Ares. ¿La causa de dicha destrucción? La semilla de los mencionados hermanos. He aquí la razón por la cual se debía poner fin a tal guerra y no engendrar más hijos con humanos. Ambos se cumplieron bajo una promesa. Por eso, y la revelación de la Gran Profecía.

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⏰ Última actualización: Aug 14 ⏰

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