Novio de Alquiler [ jeongho ]

nueve

Los labios de Jeongin eran suaves, tiernos y al parecer, muy, muy sensibles.

Porque cuando Minho mordió su labio inferior, de la garganta del muchacho se oyó un gemido ronco y excitado.

Notó entonces que estaba sobre el cuerpo de Jeongin, en medio del patio de la universidad, con su entrepierna pegada a la suya, y sin saber muy bien el por qué se presionó contra ella.

—¡Basta, que asco, ugh, dejen de besarse!

Jeongin rompió el beso, empujándolo, con el rostro ruborizado y los ojos nublados por...

¿Placer? ¿Deseo?

¿Disgusto?

El que había hablado fue Jisung, todavía en medio de Seungmin y Hyunjin, que los contemplaban con verdadero interés.

Minho limpió su boca con su muñeca, confundido consigo mismo por haber actuado de esa forma cuando no solía reaccionar así.

No es como si Jeongin hubiera sido su primer beso. Pero de todas formas, Minho tampoco besaba a todo el mundo. Los besos eran... eran demasiado íntimos. Reservados sólo para personas que realmente quisiera, no para...

No para un novio falso, que estaba ahí sólo por dinero y lo dejaba quedarse para complacer a su mamá.

Pero Jeongin era...

—No seas malo, Sungie —regañó Hyunjin cariñosamente—, tú igual eres así de intenso a veces.

—¿De verdad? —preguntó Seungmin poniendo una expresión de interés—. Me gustaría verlo.

Todos miraron hacia Seungmin, que observaba de forma grosera a Hyunjin. El más bajo puso una expresión de rabia mientras las mejillas de Jisung se ruborizaban.

—¡Eres horrible, tonto robanovios! —protestó Hyunjin tomando el brazo de Jisung.

—A Sungie le encanta que me ponga así —replicó Seungmin sin dejar de sonreír.

Hyunjin abrió la boca para responder.

—¡Sí! ¡Pelea de gatas! —gritó Jeongin cambiando su expresión a la de siempre.

Tanto Hyunjin como Seungmin lo miraron de forma incrédula.

Minho ignoraba a Jeongin, sintiéndose todavía confundido consigo por haber actuado de esa forma, por no haber pensado en sus acciones, por haber besado tan intensa y desesperadamente a su falso novio cuando jamás habían hablado de eso.

No es como si Jeongin fuera desagradable, todo lo contrario, el chico era dulce, tierno y gracioso la mayor parte del tiempo, y a Minho le gustaba eso. Contra su voluntad, se estaba sintiendo más cómodo de lo que correspondía, pero lo que más le chocaba era que a veces no le importaba para nada.

—¡No soy una gata! —se quejó Hyunjin poniéndose de pie—. ¡Me voy, Sungie!

—¿Ah? —Jisung lo miró, encogiéndose de hombros—. Está bien.

El rostro de Hyunjin se puso rojo por la molestia.

—¡Vete al diablo, Han Jisung, y ándate con este imbécil! —gritó antes de girarse para irse a pasos enormes.

—Pero qué-

—Eres el peor novio del mundo, Sungie —dijo Jeongin riéndose mientras Seungmin tomaba a Jisung del hombro para llamar su atención.

A Minho no le importaba seguir besando a Jeongin. Es más, ese pequeño tiempo juntos, lo había disfrutado un montón.

Así que cuando se pusieron de pie para irse a clases, tomó a Jeongin de la mano para llamar su atención, en tanto Seungmin como Jisung se adelantaban.

—Oye, Innie-

—No vuelvas a besarme —le interrumpió Jeongin de forma seria—. Al menos, no sin mi consentimiento.

Minho sintió su corazón apretarse, pero se limitó a asentir, como si las palabras no le hubieran dolido.

Aunque por dentro estuviera muriéndose de a poco.

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