Novio de Alquiler [ jeongho ]

veinticuatro

Jeongin esperaba que Hyunjin se quebrara un día y comenzara a llorar sin control, diciendo lo mucho que extrañaba a Jisung y cuánto quería matar a Seungmin por arruinar lo que tenía con su cara de conejo, sin embargo, lo que no esperaba era verlo llegar del brazo con un chico moreno y guapo, sonriendo como si nada.

Incluso Minho dejó de comer los pastelitos que compró de Jeongin para observar a los recién llegados con confusión.

—Se ve como si quisiera sacarte la ropa —dijo Minho como si nada—. ¿Es el hermano perdido de Changbin?

—¡Te escuché, Minho! —protestó Changbin.

—Es un estudiante de intercambio —dijo Hyunjin alegremente.

—¿Es de un país tercermundista? —siguió preguntando Minho.

—¡Que grosero, Minho! —se quejó Hyunjin sin dejar de sonreír—. Es de Sudamérica —miró a su invitado con coquetería—. Se llama Juan Luis, pero me dijo que todos le dicen Maluma.

Jeongin escupió la bebida en su boca sobre Minho, que parpadeó.

—Qué asco, Jeongin —regañó Minho—. ¿Habla nuestro idioma?

Hyunjin se encogió de hombros, indiferente.

—Mira, es guapo y quiero-

—Oh dios —Felix se puso de pie—. ¿Quieres sacarle celos a Jisung?

—¡Claro que no! —Hyunjin puso una expresión ofendida—. Mi vida no gira en torno a ese guarén traidor, así que como estoy soltero ahora, quiero aprovechar todo el sabor latinoamericano.

—...

—...

—...

—Hyunjin, ¿sigues leyendo esas porno baratas?

—¡No se puede hablar con ustedes! —con una expresión indignada, Hyunjin se aferró al brazo del de piel morena, girándose—. Vámonos, Maluma, nadie nos entiende.

El aludido lo miró, sonriendo.

—Uy papi, si como caminas cantas, te lo meto hasta la gargan-

—¡MALUMA!

El grupo de amigos contempló de forma atónita como Hyunjin se marchaba con las mejillas rojas, mientras su invitado no dejaba de mirarle el culo.

—Haremos como que esto nunca ocurrió, ¿cierto? —preguntó Jeongin.

—Por supuesto que sí —contestaron sus tres amigos.

Pero, al parecer, lo que fuera que se estaba proponiendo Hyunjin funcionaba a la perfección, porque Jisung y Seungmin salieron del edificio, y el primero se quedó viendo a su exnovio del brazo de un desconocido, hablándole melosamente y riendo en voz baja. Seungmin le hizo una seña a Jisung, sin embargo el castaño parecía furioso y rabioso.

—Me sacarán un dolor de cabeza —murmuró Changbin suspirando.

Volvieron a comer en silencio, cada uno preocupado de lo suyo.

—¿lrás a ver a Jiwoo conmigo? —le preguntó Jeongin en voz baja a Minho.

—Claro que sí —Minho cerró su envase con un suspiro—. ¿Cómo está ella?

Los ojos de Jeongin se volvieron un poco lejanos.

—Ella dice que bien, pero sé que no quiere preocuparme —Jeongin mordió su labio inferior—. El doctor dijo que no le daba más de dos meses de vida —Minho le tomó la mano—. ¿Qué haré yo sin ella, Minho?

—Saldrás adelante —Minho le besó la mejilla—, me tienes a mí.

Jeongin levantó la vista, sonriéndole a Minho mientras lo abrazaba por el cuello.

—¿Siempre estarás a mi lado? —Jeongin le besó la clavícula—. Eres tan lindo, Minho.

—No soy lindo —refunfuñó Minho.

—Sí lo eres —Jeongin le dio ahora un beso en los labios—. Cuando te veo, me dan ganas de comerte a besos.

—Me estás dando diabetes —se quejó Minho sonriendo de lado, en tanto Jeongin se frotaba contra él como si fuera un gato.

—Te quiero —le murmuró Jeongin—, te quiero tanto, Lee Minho.

—Voy a morir de sobredosis de azúcar —Minho fingió que le daba un infarto. Jeongin comenzó a reír, pero antes de poder decir algo, su móvil comenzó a sonar.

—¿Hola? —contestó Jeongin en tanto Minho le apretaba las mejillas—. ¿Qué? ¿Jiwoo... qué? —una pequeña pausa mientras el castaño palidecía—. ¡Voy para allá, estoy en cinco minutos! —Minho se sobresaltó por el grito histérico de Jeongin, e incluso Changbin y Felix lo observaron con sorpresa.

—Innie, ¿qué pasa, mi amor? —le preguntó Minho, viendo a Jeongin ponerse de pie.

Jeongin sollozó.

—Jiwoo tuvo una recaída —Jeongin apretó la camisa de Minho, sosteniéndose a él—. Jiwoo se va a morir, Minho.

Minho sólo pudo abrazarlo.

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