veintiuno

220 33 3
                                    



A Minho nunca le habían gustado los hospitales, porque su padre había muerto en uno años atrás, cuando tenía sólo diez años, luego de ser atropellado por un maldito borracho.

Sin embargo, ver a Jeongin entrar con su labio temblando, con la mirada perdida, le hizo ahogar el impulso de salir corriendo de allí, y le dio un apretón en la mano en señal de apoyo. No iba a dejar a su novio solo en ese momento, cuando más lo necesitaba.

Jeongin lo miró con una sonrisa débil, comenzando a caminar por los pasillos atiborrados de gente, doctores y enfermeras. Lo dirigió hasta el piso tres, tocando la puerta de una habitación. Un débil pase les indicó que podían entrar, y Jeongin le dijo que se esperara un momento.

Minho, por supuesto, asintió de forma impaciente, aunque se aguantó las ganas de entrar a conocer a la hermana mayor de su chico.

Su chico. Eso sonaba demasiado bien para su propio gusto.

—Noooooooona —dijo Jeongin al entrar con suavidad—, ¿cómo estás? Te ves muy hermosa hoy.

Una pequeña mentira. La descompensación de su hermana dos días atrás le estaba pasando la cuenta más de lo que quería, poniendo su piel más pálida de lo que realmente era mientras unas ojeras enormes enmarcaban su rostro. Notó, cuando se sentó a su lado y le tomó la mano, la bandeja llena de comida sobre el pequeño velador.

Tragó saliva.

—¿Tú crees? —Jiwoo lo miró, sonriendo forzadamente—. Mi pelo está como paja.

—¿Estás loca? —Jeongin negó con la cabeza—. Sigues siendo más hermosa que yo, noona.

—No digas eso —su hermana se rió—, siempre has sido más lindo que yo, Jeonginnie. Tienes una sonrisa demasiado bonita.

Jeongin quería llorar, quería hacerse pequeñito al lado de su hermana, pero sabía que ese no era el momento adecuado para romperse. Así que se limitó a inclinarse, dándole un beso en la mejilla.

—Quiero presentarte a alguien, noona —le murmuró Jeongin—. ¿Te acuerdas del chico con el que me molestaste el otro día? —Jiwoo asintió, sus apagados ojos iluminándose levemente—. Bueno, ¿adivina qué? Somos novios y quiere conocerte.

—¿Queeeeeeé? —Jiwoo quiso enderezarse, pero Jeongin se lo impidió—. ¡Jeonginnie! —lloriqueó la chica—. ¡No estoy bonita para conocerlo!

—¡Tú siempre te verás bonita! —protestó Jeongin sonriendo, alejándose y yendo a la puerta—. Te presento a Lee Minho, noona.

La chica se quedó mirando en silencio al rubio, que entró tratando de lucir decente a pesar de estar usando las ropas del día anterior y a su obvia mirada sin emoción. Jiwoo lo examinó de pies a cabeza en tanto Jeongin se removía en su lugar, un poco incómodo por el repentino silencio.

—Supongo que están utilizando condón —dijo Jiwoo de pronto, recostándose en la almohada con una sonrisa picarona.

El rostro de Jeongin enrojeció, pero no debido a las intenciones de su hermana, sino a que, efectivamente, la noche anterior habían utilizado condón mientras lo hacían.

Minho sonrió lentamente, sin embargo, y para su fortuna, no dijo nada respecto a ello, sólo inclinó su cabeza antes de decir:

—Un gusto conocerte, Jiwoo noona —de forma elegante, se sentó al lado de su cama—. Eres una chica realmente bonita, aunque lamento decir que Innie es más lindo.

Santa cachucha, Jeongin iba a morir en ese momento.

Jiwoo se rió, encantada.

—¿A qué sí? —concedió Jiwoo animada—. Jeonginnie no sabe el efecto que tiene en las personas.

Los ojos oscuros de Minho se movieron hacia Jeongin, observándolo sin pudor alguno.

—Claro que no —Minho humedeció sus labios—. No es consciente del efecto que tiene sobre mí.

El corazón de Jeongin comenzó a latir sin control.






















...

Novio de Alquiler [ jeongho ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora