dieciocho

239 37 2
                                    








Jeongin sabía que su hermana iba a morir, lo tenía claro desde hace meses, pero eso no hacía las cosas más fáciles.

Soltó un suspiro mientras salía del cuarto luego de que Jiwoo se quedara dormida, frotando sus ojos debido al cansancio. Llevaba más de un día sin dormir debido a la preocupación que sentía en ese momento, y sacó su móvil con poca batería, viendo los mensajes de Jisung y Hyunjin. Ninguno de Minho.

¿Y qué esperaba? Si Minho apenas sabía algo de su vida privada.

Se sentó en una silla, bostezando, sintiendo su estómago gruñir por el hambre, y cerró sus ojos un momento.

—Terminarás con un dolor de espalda horrible, Jeongin.

Levantó la vista bruscamente, encontrándose con la aburrida mirada de Minho que le tendía un sándwich y un jugo.

Sus labios temblaron.

—¿Quién te lo dijo? —preguntó en voz baja.

Minho se encogió de hombros.

—Tengo mis contactos —se limitó a decir sin agregar algo más, sentándose al lado de Jeongin—. Anda, come, tienes una cara horrible.

Tan encantador como siempre.

Pero aun así Jeongin tomó el sándwich en sus manos, comenzando a comer sin pensarlo un poco. Iba a darle las gracias a Minho, sin embargo, el rubio de pronto lo tomó de los hombros y lo recostó a su lado.

Lo miró con sorpresa, aunque Minho miraba fijamente hacia delante.

—Tu hermana está enferma —le dijo Minho tranquilo.

El primer pensamiento de Jeongin fue mentir, pero sabía que no llegaría a ningún lugar.

—Cáncer pulmonar —respondió mordiendo su labio inferior

El agarre de Minho se apretó.

—¿Por qué no me lo dijiste, Jeongin? —le preguntó con tono herido, mirándolo a los ojos.

Jeongin se estremeció, notando el dolor en sus ojos, sin poder entender por qué reaccionaba de esa forma. Por qué lucía preocupado.

—Yo... —balbuceó Jeongin—, tú... y yo no somos... nada, Minho...

El sentimiento cambió en los ojos del rubio: ya no había dolor, sino molestia difícil de disimular.

—Soy tu novio —espetó sin soltarlo—. Te lo he dicho mil veces, Yang Jeongin. Soy tu maldito novio y merezco saber esto.

Jeongin tembló.

—Ah... —Jeongin ocultó su rostro contra el pecho de Minho—, lo siento, gatito, pero esto es... es realmente un tema delicado, yo no... —Jeongin de pronto rompió a llorar—. Si lo hablo, se hace más... más real...

Minho soltó un suspiro, acercándolo, su mente todavía pensando en el descubrimiento que hizo horas atrás, en el hecho de que realmente no sabía quién era Jeongin, de dónde había salido, por qué estaba fingiendo ser su novio. Quería preguntarle, sacarle toda la información que pudiera, pero no lo haría porque Jeongin estaba atravesando por un momento difícil y no quería agregarle más peso a sus hombros.

No quería que Jeongin se derrumbara, pues eso lo destrozaría a él.

—Te llevaré a casa, bebé —murmuró Minho acariciándole el cabello. Jeongin pareció protestar, pero lo miró con seriedad—. No has dormido y tienes que descansar un poco. Si tengo que llevarte a la fuerza, lo haré.

Derrotado, Jeongin asintió y se puso de pie, tomándole la mano, agarrándolo del brazo.

Minho lo miró.

—Quédate conmigo —jadeó Jeongin antes de arrepentirse—. Esta noche quédate a mi lado.

Minho asintió en silencio.















Hmmmm de dónde habrá salido mi omega

Novio de Alquiler [ jeongho ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora