veintiséis

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—Lo siento.

Minho se enderezó en su asiento, mirando hacia el doctor que estaba hablando con Jeongin.

El chico estaba de pie frente al hombre, con la boca temblando.

—No se pudo hacer nada.

Minho dejó el café que sostenía a un lado, poniéndose de pie, caminando hacia Jeongin que parecía a punto de derrumbarse, de quebrarse frente a él.

—Yang Jiwoo falleció de un ataque al corazón.

—No...

La voz de Jeongin era como un gimoteo lleno de dolor, como el aullido de un animal herido, pidiendo que alguien lo agarrara, lo sostuviera en sus brazos.

—Lo lamentamos.

El doctor se retiró con la enfermera, dejando a la pareja solos.

Jeongin rompió a llorar a gritos y Minho lo tuvo que sostener en sus brazos, atrayéndolo a su pecho mientras el mundo parecía desmoronarse alrededor de ellos.

El llanto de Jeongin rompía el corazón de Minho por completo, pero aún así lo atrajo contra sí, besándole el cabello, acariciándole la nuca.

—Está bien, Jeonginnie, estoy contigo —le murmuró en voz baja por sobre el desgarrador llanto de Jeongin, cerrando sus ojos.








Jeongin llevaba acostado en la cama dos días, saliendo sólo para ir al baño y comer lo que le cocinaba Minho.

El rubio suspiró, agotado, entrando al cuarto. Las cortinas estaban puestas, haciendo que el lugar se viera más deprimente y horrible que nunca.

Observó la cama con Jeongin encima, dándole la espalda, acurrucado bajo las mantas, y pensó en la vez que hicieron el amor allí mismo.

—Innie —le murmuró sentándose al borde de la cama, acariciándole el hombro—, hay que ir al funeral de Jiwoo noona.

Los hombros de Jeongin se sacudieron con el llanto, pero no se movió. Se quedó un momento en silencio, dejando que el chico sollozara todo lo que quisiera.

—Vamos, Jeonginnie, a ella no le gustaría verte así —susurró con la voz temblando.

Jeongin lloró con más fuerza.

—Quiero.... Es-estar... solo... —balbuceó Jeongin entre lágrimas, moviéndose levemente para que Minho dejara de tocarlo.

Minho mordió su labio inferior, sin ponerse de pie.

—Jeonginnie...

—¡No! —gritó Jeongin con la voz destrozada—. ¡No... no lo en-entiendes! —el chico salió por debajo de las mantas, revelando su pálido rostro, sus mejillas encharcadas por las lágrimas—. ¡Solo! ¡Déjame solo, Minho!

El rubio se puso de pie, sintiendo la paciencia agotándose, pero trató de controlarse para no sonar frío y duro.

—Estaré en el comedor —le dijo girándose.

Jeongin gimió.

—¡Vete! ¡Vete, Minho! —el aludido se quedó quieto—. ¡¿Sabes qué día es hoy?! ¡Hoy se cumplen los seis meses, Minho! ¡Fuera de mi vida! —rompió a llorar otra vez—. No sirvió de nada... Jiwoo murió igual...

—¿De qué hablas? —la voz de Minho era helada.

—De esta farsa —sollozó Jeongin—, de todo esto. Necesitaba dinero para el tratamiento de Jiwoo, pero no sirvió... Venderme no sirvió...

Minho se giró, pálido, roto.

—¿Mi mamá...?

—¡Dijo que le pagaría las quimioterapias si fingía ser tu maldito novio, pero no sirvió de nada, Jiwoo se fue y me quedé solo!

Minho retrocedió, sintiendo su garganta apretada, sus ojos escociendo.

—Jeongin...

—¡No quiero verte, déjame solo, maldita sea!

Minho obedeció.










jaj bueno se viene lo sad

Novio de Alquiler [ jeongho ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora