Capítulo 1

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En la actualidad 

Nueva York


Lisa

«Lisa Manobal gana de nuevo el premio a la mejor jugadora del Super Bowl»

«Lisa Manobal consigue para Nueva York otra victoria consecutiva en el Super Bowl».

«El último touchdown de Manobal lleva a Nueva York a ganar a la nueva Inglaterra». 

Leí los titulares de la mañana por enésima vez y me obligué a sonreír. Intenté sentir algo, cualquier cosa, pero no me sirvió de nada. No era eso lo que se suponía que se sentía al «ganar», y lo sabía porque..., bueno, casi siempre ganaba.

A pesar de que caía una fuerte nevada sobre Manhattan, fui al balcón y vi a unos obreros instalar una nueva valla que decía: «¡Adelante, Lisa Manobal!». 

El año pasado había celebrado el campeonato con mis compañeros durante cinco días en una fiesta salvaje en Las Vegas. Habíamos rociado el avión del equipo con botellas de champán de mil dólares, habíamos exigido alojamiento de primera para el mejor equipo del Super Bowl y habíamos disfrutado de una interminable atención por parte de mujeres que querían saber «qué se siente al acostarse con una campeona». 

Pero este año, cuando el reloj del partido llegó a cero con el marcador a favor de mi equipo, no sentí nada. Soporté las entrevistas de los medios de comunicación con una sonrisa falsa en la cara, y no me molesté en volar con el equipo a Las Vegas. Me fui directo a casa y llamé a la policía para denunciar a todas las groupies que esperaban en la entrada.

Decidí hacer mi propia celebración privada, pero cuando examiné los quinientos contactos de mi teléfono, me di cuenta de que solo había dos personas a las que valía la pena llamar: mi madre y mi mejor amiga, Jisoo. Por otra parte, a mi madre no le gustaba salir de su casa cuando nevaba si no era para una emergencia, y pedirle a Jisoo que lo celebrara conmigo después de haber derrotado a su equipo era un poco egoísta. Incluso para mí.

«Se lo pediré el próximo fin de semana...».

Volví a revisar los contactos, esperando haberme saltado a alguien, pero los resultados fueron los mismos. Frustrado, lancé el aparato contra la pared y encendí la televisión.

Llamaron a la puerta mientras los locutores repasaban sus momentos favoritos del partido del domingo. 

Confundida por el hecho de que el portero dejara subir a cualquiera sin pedirme permiso primero, me acerqué y miré por la mirilla.

«¿Nancy?».

—Ya hemos hablado de esto, Nancy —dije, abriendo la puerta y dejándola entrar—. Se supone que antes de venir tienes que llamar y preguntarme si puedes subir.

Soy tu agente —se burló, y levantó el teléfono—. He llamado varias veces porque desapareciste después del partido. Como no me has contestado, me he empezado a preocupar. —Miró a su alrededor—.

¿Interrumpo una orgía o algo así?

—No. —Gemí—. ¿Qué es lo que quieres?

—Quería felicitarte personalmente por haber ganado tu segundo Super Bowl. —Me entregó un brillante sobre rosa— . Estoy tan orgullosa de ti que, de hecho, te he escrito esta tarjeta. 

—¿Has venido hasta aquí solo para darme una tarjeta?

—Por supuesto que no. —Sonrió y sacó un sobre del bolso—. Tengo algunas cosas que necesito que firmes, y algunos acuerdos urgentes que es necesario negociar.

Day Two - Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora