Capítulo 34

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Kira

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Kira

Se que no debo mezclar el amor con los negocios porque nunca sale bien las cosas prueba de ello Basil y quien era su pareja, también se que el enamorarme me hacer débil así como puedo ponerlo en el foco del peligro pero que hago cuando mi corazón nubla mi juicio, no sé cómo pero me veo parada de nuevo en la puerta de oficina de Marcelo y sin pensarlo me lanzó a su cuello mientras que el me sujeta mi trasero apretarlo muy fuerte mientras nos besando.

Puedo jurar que nunca he besado de la manera como lo estoy haciendo la pasión que ambos le ponemos a nuestros besos al punto que nos descontrolamos que hasta lo muerdo antes de bajarme de él, nos quedamos viendo unos segundos para irme sin decir nada, no puedo creer que me deje llevar por mis sentimientos esto no puede suceder más ahora que estamos a punto de lidiar con el juego de el gato y el ratón con los militares.

Estoy regresando para subirme al auto que nos llevará a dónde nos recogió pensando que el viaje será más relajante que el de venida, cuando me doy con la sorpresa que Michael me está esperando recostado sobre el auto con una mirada asesina y no se si es porque me descontrolé hace unos minutos, por si fumé o por mi forma de actuar.

— Si vas a decir algo más te vale que lo hagas ahora mismo.

— Se puede saber a qué vino tu ataque de histeria.

— Lo sabrás en su debido momento —se lo digo mientras le doy mi sonrisa más diabólica que puedo tener.

— Kira por lo que más quieras no hagas que te puedas arrepentir —lo dice mientras busca que haya una pequeña esperanza de que me arrepienta.

— No busques lo que no se te ha perdido Michael.

— Dónde quedó esa Kira de ojos tiernos e inocentes —murió el misma día que falleció mi tío aunque muy en el fondo esa faceta solo es para mis hermanos y Basil.

— No me vengas con esas esas cosas Michael —que paso cuando me prometio que me apoyaría  ya sea algo bueno o algo malo— en verdad no me conoces —retrocede ante lo que le acabo de decir.

— Que no te conozco, en verdad me vienes con esa estupidez —iba a contestarle pero me hace callarme— te conozco desde hace cinco años y siendo sinceros son seis años —cómo que seis años no entiendo a lo que se refiere— así como lo estás escuchando te conozco mejor que tú y sabes a lo que me refiero.

Esto no puede estarme pasando, que alguien me diga que estoy en una pesadilla porque en verdad no puede ser cierto que me haya conocido en mi peor época de la vida, iba a responder cuando Megan baja del auto para quedarnos mirando a ambos sin saber lo que está pasando.

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