Capítulo 47

8 1 0
                                    

Especial de Austin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Especial de Austin

Cuando escuché el disparo lo primero que hice fue proteger a il mio prezioso creyendo que las balas iban para otra persona, pero todo cambió en el momento que sentí cada impacto de las balas en mi cuerpo, en ese instante ví como mi vida se me iba apagando delante de la personas mas importantes para mí, arrebatandome de su lado pero sobre todo dejándola sola.
<<mi preciosa>>

Antes de cerrar mis ojos puede observar el miedo que estaba siento al ver cómo me habían arrebatado de su vida todo por un maldito demente, después de eso no recuerdo nada hasta que empecé a sentir dolor en mi brazo, abdomen y en mi pierna mientras escuchaba los ruidos de una máquina es hay donde intento abrir los ojos mientras parpadeo varias veces haciendo que mis ojos se adapten a la luz.

Cuando logró tener los ojos abiertos observo a la persona que estaba sujetando mi mano mientras dormía así que decidí acariciar su cabeza pensando que no iba a despertarse pero falle en el intento, cuando levanta su cabeza y sus ojos se conectan con los míos empieza a llorar producto del miedo, verla en ese estado me estaba matando por eso decidí asegurarle que estaba bien, pero se muy en el fondo que esto es algo a lo que debemos estar prevenidos hasta que Kira o yo matemos a Alonso, pero nuestra conversación quedó en el aire cuando Marcelo apareció y supe por su mira la idea que estaba teniendo sobre nosotros.

Pero en un instante todo el ambiente cambio haciendo que mi cuerpo se tense al ver cómo mi enana se desvanecía, en eso momento mi cuerpo se llenó de impotencia al no poder hacer nada por ella al estar conectado a varios cordones que me unen a la máquina que me monitorea, pero lo bueno es que Marcelo estaba cerca de ella para sujetarla antes de que se desplome en el piso logrando evitar que se golpee, en ese preciso momento la enfermera que había ingresado llamó a sus compañeras y al doctor llevandosela no sé a dónde, por más que pedí que me digan como se encontraba y queriendo saber que le había ocurrido su respuesta fue que no me podían dar información porque ante ellos solo soy su novio y no pariente directo.

No sé cuántos minutos han pasado cuando escucho que se abre la puerta haciendo que levanta la cabeza pensando que era una enfermera pero me doy con la sorpresa que es Marcelo quien acaba de ingresar como un toro botando humo por la nariz.

— Se puede saber qué pasó con el yo cuido de ella —me reclama y para ser honesto no pienso contradecir eso— tu trabajo es protegerla no que ella cuide de tí.

— Creeme Marcelo que preferiría mil veces estar muerto —lo digo con toda la impotencia del mundo— a qué Kira esté sufriendo.

— Ruega que ella no muera —si eso pasa mi vida ya no tendría sentido— porque de ser así yo mismo te mato.

— Quedate tranquilo Marcelo que sí llegará a suceder eso —en verdad espero que eso no pase— yo mismo acabaré con mi vida, pero eso sí no sin antes acabar con la vida de la persona que le arruinó la vida a il mio prezioso.

VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora