Capítulo 44

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Kira

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Kira

En el instante que ingreso mi cuñado a la habitación de una forma no muy normal para él sabía que algo estaba sucediendo, pero en el instante que dijo que Austin había desaparecido los escenarios que se formaron en mi cabeza me hicieron temer lo peor y más por lo que me dijo haciendo que el miedo a perderlo sea como un agujero negro en mi pecho.

Sin embargo en el momento que Marcelo dijo que lo había puesto en un calabozo a Austin pensando que me había hecho algo me hizo descontrolar me al punto que deje salir lo Nikolaou ya que tomo el arma que él me regaló para apuntarle a este punto me importa muy poco las consecuencia de tener que dispararle, conociendo lo sádico que es no pienso permitir que le haga algo a mi gigante, lo amo por supuesto que sí y con toda mi alma pero Austin está un nivel superior al amor de mi vida.

En el fondo se que esto ha puesto un distanciamiento entre Marcelo y yo, aunque creo que en el fondo es lo mejor en este momento ya que ahora necesito concentrarme en sumar puntos en el comando al igual que necesito que Austin haga puntos para que así logre quedarse a mi lado en el comando y seguir arruinando al bastardo de Alonso, sin mencionar que mis planes para desaparecer no son buenos para la gente que me quiere aca en Italia.

— Ya más tranquila enana —su voz me saca de mis pensamientos— no me gusta verte llorar y lo sabes muy bien.

— Lo sé, pero el simple hecho de imaginar qué hubiera pasado si no me enteraba que estabas en ese lugar —se lo digo mientras las lágrimas vuelven a salir de mis ojos traicionando me— tal vez ni estuvieras ahora mismo a mí lado.

— Hey mírame estoy aquí —me dice mientras me hace que me siente para mirarlo— no me hizo nada y tampoco se lo iba a poner tan fácil.

— Se que no lo ibas hacer —nunca me voy a olvidar el día que casi lo matan y se defendió como un loco vehemente— pero se como es Marcelo en su faceta de torturador y se hasta donde puede llegar e incluso se de lo que es capaz de conseguir lo que quiere saber.

— Nadie me va a alejarme de tu lado enana —me abraza intentando calmarme— siempre estaré a tu lado pase lo que pasé.

— Siempre va haber personas que lo querrán hacer gigante —se separa de mí para verme sin creer lo que le acabo de decir— más si se enteran de la verdad.

— No entiendo a qué te refieres Kira —se levanta de la cama para irse a la ventana y darme la espalda— es mejor que descanses y aclares tu mente porque estás diciendo incongruencias.

— Entonces niegas haberme dicho lo que me dijiste mientras mi nivel de azúcar estaba muy bajo —salgo de mi cama para poner frente a él y mirarlo a los ojos— tu confesión nunca existió y yo solo me lo inventé ¿cierto?.

— Creo que mejor te dejo descansar enana —lo dice mientras se dirige a la puerta— hablamos con más calma en el cuartel.

— Si sales por esa puerta no existirá más una enana para ti —se lo digo muy enserio y lo miro a los ojos para que se de cuenta que no bromeo—  está vez si te olvidas de mi para siempre y cuando me veas en el cuartel o acá seré la signorina Capello para tí.

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