𝐓𝐫𝐞𝐬 | 𝘔𝘢𝘭𝘦𝘢𝘣𝘭𝘦

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Verdad o reto.

Ese juego jamás salía del todo bien. Con el veritaserum de por medio había muchas verdades que salían a la luz y terminaban en: una relación rota, amistades de años separadas y secretos que paseaban entre los pasillos.

Como no me metía en problemas ni tampoco era muy conocida entre las multitudes, no solían hacerme preguntas que me comprometan, Charlotte era la que solía quedar en boca de algunos por los chicos con los que estaba, pero ella era un espíritu libre y estaba contenta con ello.

Oliver apareció cuando anunciaron el juego. Todos los que jugasen u observen el juego se habían puesto en una gigantesca ronda. Cómo era de esperarse, mi amiga me arrastró a la ronda lo más cerca del centro que se pudiese. Oliver estaba casi en frente de mí, solo que más lejos y al otro lado de la ronda, logró verme y apartó la mirada como si le quemase la vista.

—Bien —habló el chico que segundos atrás estaba sobre la mesa—, ya saben cómo es esto. Giramos una botella y esa persona deberá elegir entre verdad o reto, en caso de elegir verdad, unas gotas de veritaserum serán suficientes para mandar todo a la mierda. Si eligen reto, deben cumplir con lo que se les pide.

Para mi sorpresa, o no, Blaise, Malfoy y Theodore estaban allí sentados para jugar.

¿Malfoy le dijo que se "disculpó" conmigo? Levanté la mano para saludarlos, claro que no a él y lo entendió porque fue el único de los tres que no devolvió el saludo. Claro que no porque me haya pedido disculpas lo iba a saludar y sonreír como si nos llevásemos bien ahora. Daphne, Pansy y ¿Astoria?, la hermana de Daphne, me saludaron también, estaban detrás de los chicos.

Levanté la cabeza de nuevo y perdí de vista a mi novio, ¿estaba huyendo de mi o algo por el estilo?

El chico que minutos atrás explicó el juego, giró la botella.

—¿Finnigan? —le sonrió con malicia.

—Mierda. Reto.

El chico rio y le pasó una botella que no llegaba a leer bien de que era, pero parecía whisky, estaba casi vacía y a la vez lo suficientemente llena como para tumbarlo al suelo de cara si le pedía hacer lo que creía.

—Toda, hermano. —Finnigan resopló, pero cumplió lo pedido. Que jodido asco, no me gustaba el whisky.

Fue el tuno del chico de Gryffindor para girar la botella.

—Magno... ¿reto o reto?

—¿Y si quiero verdad? —dijo Charlotte.

—No quieres.

—No, no quiero. —ella amaba este tipo de jueguitos. Yo disfrutaba viéndola porque éramos tan distintas. No soy ninguna santa, pero mantengo ese lado mío en privado.

—Dame un beso. —No lo dudó mucho, se acercó a Finnigan y le plantó un beso que quizás duró más de lo necesario, luego volvió a su lugar a mi lado.

Mi amiga giró la botella y le tocó a Heidi Macavoy, una chica de nuestro año, alumna de Hufflepuff y compañera de Charlotte.

—Verdad. —Zabini, quien llevaba el veritaserum, le hizo beber un par de gotas.

—Hmm, ¿es cierto que le enviaste una carta de amor en secreto a la novia de tu mejor amigo? —se oyó un "Uhh" colectivo por varios alumnos.

—Sí. —se cubrió la cara con las manos.

—¡¿Qué mierda, Heidi?! —su amigo le gritó. Y ambos salieron del lugar discutiendo.

A esto me refería, no era un juego muy sano. Miré a Charlotte y negué.

Weakness | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora