𝐒𝐢𝐞𝐭𝐞 | 𝘚𝘶𝘧𝘪𝘤𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦

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Sentía que me quedaba dormida en la clase de Alquimia. Faltaban cuarenta y ocho minutos para poder salir de aquí y tener la tarde libre, no sabía bien que haría, Oliver tenía práctica hoy, así que probablemente no lo vea.

Charlotte estaba sentada junto a mí con la cabeza entre sus brazos cruzados, una de las dos debía aguantar la clase por la otra, esta vez me tocaba a mí.

Hacía apuntes vagos y ya me estaba cansando, dibujaba cualquier cosa sobre ellos con tal de no aburrirme, pero no lo estaba logrando.

Apoyé mi cabeza en la palma de mi mano cerrando los ojos un segundo, cuándo me quise dar cuenta, la clase había terminado al fin. Desperté a mi amiga que seguía sin enterarse de nada y salimos.

—¿Qué harás ahora? —me preguntó Charlotte.

—Debo ir a la biblioteca a devolver un libro. —por suerte ya lo había guardado en mi mochila para no tener que subir y bajar las escaleras una y otra vez.

—Y como ya te conozco, tomarás uno nuevo.

—No lo sé, nunca se sabe. —me encogí de hombros.

Me despedí de ella y me fui derecho a la biblioteca. Al llegar casi a la recepción, oí una voz molesta que conocía muy bien.

—¿Cuándo van a devolverlo? No es posible que solo haya un ejemplar de ese libro.

Me quedé tras un estante para escuchar un poco más.

—Una chica se lo llevó hace unos días si no mal recuerdo. Pero no puedo darle el nombre de otros estudiantes. —dijo la mujer sentada detrás de un escritorio lleno de archiveros.

—¿Segura que no lo trajo ya?

—Señor Malfoy, le dije que no. Ya revisé.

Oí ese resoplido tan característico de la furia apropiándose de cada parte de sí mismo.

Dramatismo puro, digno de un Malfoy. O simplemente digno de él.

Decidí acercarme por fin a la recepción cuando vi que seguía allí parado esperando lo que sea que necesite, como si pudiese aparecer por arte de magia.

Muy mal chiste, sí.

Me paré junto a él y no lo saludé, su mirada me quemaba el rostro.

—Señora Ward, vengo a devolver un libro.

—Claro cariño. Dámelo. —saqué el libro de mi mochila y escuché una risita molesta.

—¡Ese es el libro que quería llevarme! —me voltee hacia el confundida.

—Señor Malfoy, le pido que guarde silencio, está usted en una biblioteca. —le pidió Ward amablemente mientras tomaba Orgullo y prejuicio en sus manos.

—¿Sabes leer? —le pregunté.

—Claro que sé leer, idiota.

—Niños, no se peleen. La señorita Nott ya trajo el libro y usted podrá llevárselo en su lugar, señor Malfoy. —esta mujer siempre estaba colmada de paciencia.

Mientras la señora Ward firmaba mi libreta de libros devueltos, Malfoy a mi lado, firmaba la de la biblioteca indicando que él se lo llevaría esta vez.

Entorné los ojos cuando vi en aquella hoja que no era la primera vez que se lo llevaba. Nunca prestaba atención cuándo firmaba, estaba tan acostumbrada que lo hacía sin mirar el papel.

El nombre y la firma de ambos se reiteraba varias veces a lo largo del pergamino, con algunas excepciones de algunos estudiantes como Hermione Granger, pero el suyo y el mío eran de los alumnos más repetidos.

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⏰ Última actualización: May 21 ⏰

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