Capítulo 3

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LAURA MARTÍNEZ

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LAURA MARTÍNEZ

Yo realmente no debería de estar aquí, es una mala idea el haber venido y lo peor del cuento es que mi mamá me hace en un lado y yo estoy en otro aunque, no estoy sola aquí en la discoteca. Si bueno, el hecho de no decirle la verdad a mi mamá de dónde iba a estar junto con mi prima y sus amigos no está bien, pero tampoco me quería quedar con la duda de saber los nombres de estos bobos con los que soy amiga ahora, la vez pasada no pude venir porque había parciales y todo ese martirio.


Nosotros hablamos por llamada, mensajes de texto y de todo un poco, hasta salimos de paseo todos juntos, incluyendo a mi prima con sus amigos, debo aclarar que mi mamá si sabe de la existencia de ellos porque fueron a la casa a presentarse con ella aunque ella se mantiene reacia con ellos. Pero lo importante aquí es saber sus nombres, es un reto que me pusieron y véanme aquí en este lugar.


— Miren, de verdad quiero saber sus nombres pero ustedes no dicen absolutamente nada y eso me molesta de verdad.— tomo un sorbo de mi malteada porque sí, chico lindo, las hace solo para mí aquí en la discoteca.

— Te lo vamos a decir así que ya deja de insistir— el bartender se ríe mientras que ojos grises se mantiene serio en cada momento.

—¿Cuál es tú nombre?— ya quiero saberlo, estos dos han sabido como mantenerme en suspenso.

— Kian Harvey.

—¿Y tú?— poso mi mirada sobre el pelinegro que solo me dedica una sonrisa burlona por primera vez en la noche.

— Draven Baker.


Ahora sí, lo que faltaba, no solo tienen aspecto de que te pueden mandar al psicólogo, si no también el nombre, menudo par de imbéciles con los que me vine a cruzar.

— Su físico y sus nombres van agarrados de la mano.— señalo a los dos mientras sonrío.

—¿Por qué lo dices?— no lo puedo creer, de verdad que Draven tiene retraso mental.

— Miren, Kian, es alto de cabello castaño, ojos azules y tiene excelente cuerpo y rostro. Draven, tú eres alto también, tu cabello es negro y tienes los ojos grises, sin dejar de lado que también tienes buen cuerpo y rostro— los reparo mejor de pies a cabezas antes de seguir hablando— incluso tienen aspectos de chico malo, bueno, más Draven que Kian.

— Que descripción tan buena, diría que casi perfecta, pero hay un problema.— Draven fija su mirada en él al igual que yo.

—¿Qué cosa?— preguntamos Draven y yo a la vez.

— Que yo soy más hermoso.— Draven y yo lo miramos con cara de: es enserio.


— Si lo que tú digas.— hablo antes de terminar mi querida malteada y hecharle un ojo a mis acompañantes.

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