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Al día siguiente después de un tiempo acostado en la cama regañándose a si mismo por querer ir a la casa del omega y pasar tiempo a su lado. Quería culpar a las hormonas, pero ya era un maldito adulto como para no saber controlarlas. Llamó a una de sus muchas conquistas esperando que esto pudiera distraerlo de la necesidad de ver al bonito omega quien probablemente ya lo estaba esperando.

Llegando a casa de Yuna ni si quiera dejó que le dijera un hola cuando ya la tenía acorralada en la puerta para besarla, la chica no se negó y correspondió feliz tomándolo del cuello para profundizar mejor el beso.

Yuna se puso de rodillas y comenzó a bajar la cremallera del pantalón del alfa con una sonrisa traviesa, para Hyunjin fue inevitable no compararla con la linda sonrisa de Seungmin, aquella que siempre iba acompañada de un leve sonrojo que lo hacía ver como un ángel.

Apúrate, estoy muy caliente – Yuna asintió y comenzó a hacer su trabajo, tomó el faló y lo metió a su boca, la chica hacía ruidos lascivos con intención de provocar más al mayor, quien tomó un puñado de cabello de la chica y empezó a follarle la boca mientras en su interior peleaba por no imaginar que era Seungmin quien estaba en esa posición

La imagen de Seungmin arrodillado chupando su polla le hizo venirse, la chica lo miró orgullosa pensando que ella había logrado aquello y Hyunjin prefería omitir que se vino pensando en otra persona. Yuna lo tomó de la mano y lo llevó a su habitación donde sin pudor alguno comenzó a desvestirse frente a la atenta mirada de Hyunjin.

Definitivamente eso debía ser mejor que ir a la casa de Seungmin pasando horas hablando de cosas que probablemente serían aburridas para él. Tomó a la chica subiéndola a su regazo para comenzar a rozar su bulto contra el trasero de ella quien parecía disfrutar el momento.

Después de un tiempo, Hyunjin despertó y vio a la chica aún desnuda a su lado. Tomó su celular y checó la hora: 2:48 se suponía que iba a ver a Seungmin a las 2:00 por lo que esperaba que con esto el omega se diera cuenta de que él no llegaría. No quería darle falsas esperanzas al omega y tampoco quería comprometerse a algo que no le convenía en lo absoluto.

El celular marcó las tres de la tarde y Hyunjin salió de aquella casa sin despedirse, regresó a su casa y decidió tomar una ducha, no iba a llegar a casa de Seungmin oliendo a sexo, porque si, después de todo el chico si iba a ir. Camino a la casa del omega, se iba debatiendo si era buena idea lo que estaba haciendo, se odiaba porque siempre terminaba contradiciéndose, sus pensamientos y acciones no eran coherentes del todo.

Eran las 4:00 cuando se encontraba frente a la casa del omega de bonita sonrisa, tocó la puerta esperando a que el chico lo recibiera a pesar de su tardanza. Seungmin abrió la puerta y miró con sorpresa a Hyunjin quien alzó la cabeza en señal de saludo

Viniste – una sonrisa se plasmó en el rostro de Seungmin, haciendo ver sus ojos aún más pequeños y sus mejillas mas abultadas. El pelinegro no pudo evitar sentir como su lobo movía la cola con efusividad al ver al hermoso omega

Pasa, vamos al jardín... pensé que no ibas a venir – Seungmin llevaba una ancha playera blanca con unas flores marrones y azules en el centro de ésta, unos shorts anchos que hacían resaltar sus lindas piernas y unas pantuflas de conejitos. Hyunjin lo miraba embobado, porque no importaba que hace unas horas se haya acostado con una de las chicas más ardientes, no se comparaba en nada al deleite que sus ojos estaban presenciando en este momento.

Para que querías que viniera – Hyunjin trató de dirigir su mirada al jardín para no ser atrapado por Seungmin y pensara que es un psicópata por verlo de esa forma. Seungmin corrió al jardín sin darle respuesta y el mayor no tuvo más remedio que seguirlo

Para conocernos, estaremos conviviendo un buen rato y quiero que al menos ambos nos podamos sentir cómodos con la presencia del otro – Seungmin tomó asiento en una de las bancas del lugar, a lado de él había una cámara y frente a ellos un puñado de flores de distintos colores.

Solo quieres estar cerca de mío para ver que más puede hacer tu lobo, no es necesario que nos conozcamos tanto, al final cada quien irá por su camino – Hyunjin tomó asiento a un lado de Seungmin quien tomó su cámara y comenzó a tomar fotos de aquellas flores

También, pero sería extraño tomar de la mano a alguien que ni siquiera sé qué edad tiene – Seungmin continuaba tomando fotos, por lo que no notaba la mirada curiosa del mayor quien no podía negar que las tomas eran preciosas

Tengo 20 años y no es necesario que me digas tu edad, sé que tienes 17, me lo dijo tu hermano – Hyunjin quería intentar que el tiempo a lado de seungmin fuera lo más rápido posible, no quería experimentar alguna sensación rara por culpa de su lobo o de si mismo.

Mi cumpleaños es el 8 de diciembre, en la primera nevada... cuando los copos comienzan a caer – Seungmin volteó a ver a Hyunjin con una sonrisa y el más alto rogaba porque Seungmin deje de ser tan hermoso. Su forma de hablar, caminar, mirar todo él era tan delicado que sentía que debía cuidarlo para no romperse.

¿Cuándo es el tuyo? – Seungmin sirvió un poco de limonada y se la ofreció a Hyunjin quien la aceptó y la bebió de un solo trago porque sentía que su garganta se estaba secando

El 16 de octubre, no hay nada especial en ello – Seungmin asintió y buscó en su cámara, después de un rato extendió la cámara a Seungmin quien la tomó confundido. En ella se veían hojas cafés, algunas amarillas y otras aún con colores verdes

Esa foto la tomé el 16 de octubre, las hojas de los árboles de aquí comenzaron a caer y se veían tan lindas, naciste en época de Otoño por lo que las hojas viejas se caen para dar paso a nuevas hojas, nuevos colores y comienzos – Hyunjin se quedó atento a la imagen mientras escuchaba lo que Seungmin decía

Ahora ya tienes algo especial – Hyunjin volteó a ver a Seungmin, quien estaba viendo el cielo y no pudo evitar tomar su mano

Te lo dije, tenemos que conocernos para no ponernos tímidos si nos tomamos de mano – las mejillas de Seungmin comenzaron a ponerse de un leve tono rojizo, por lo que Hyunjin llevo su otra mano a una de las mejillas del menor

¿Qué me estás haciendo? – susurró Hyunjin mirando los brillantes ojos de Seungmin

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Espero les esté gustando la historia!

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