Dpr Ian - Parte I

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— ¿Si estás siendo consciente, Christian? — dijo en cuanto escuchó la puerta cerrarse

Dio media vuelta y vio como dejó caer su cuerpo sobre aquel incómodo sofá de cuero, casi cubriendo por completo sus ojos para evitar que la luz artificial le pegue directamente en la cara.

Y todo esto era lo mismo de siempre.

Perseguirlo como si fuese un niño pequeño el cual posee un nivel de curiosidad bastante alto de lo normal pero sobretodo, evitar que ponga su vida en peligro. Y como todo un buen niño, no quiere que estén detrás de él en donde sea que vaya.

— ¿Hasta cuándo, eh? Dime hasta cuando dejarás tu etapa de adolescente rebelde hormonal

— No es una etapa

— Entonces dime ¿qué es? Te juro que trato de entenderte pero no hay mucho que yo pueda hacer si no me ayudas

Esperaba una reacción mínima de su parte, una sacudida de mano o algo que al menos le confirmara si la estaba escuchando.
Mientras tanto él seguía sin hacer nada, actuaba como si nada.

— Christian... Dijimos que hablaríamos con la verdad, que seríamos muy honestos y tú no lo estás siendo — le hablaba a la nada — dime por favor lo que te sucede

— ¿Qué te hace pensar eso?

— Te conozco desde hace años, sé muy bien cuando escondes algo y justo ahora no quieres decírmelo

No lo dirá para no herir sus sentimientos pero justo en la zona de la sien ya comenzaban a aparecer leves punzaciones.
Oírla quejarse y reprocharle como si una pareja fuesen, le hacía doler la cabeza.

Retiro su brazo de su cara al tener un minuto de silencio, creyendo por un instante que los regaños cesarían pero a decir verdad, estos estaban a punto de regresar.

El sonido de su teléfono los detuvo a los dos.

Mensaje de un desconocido la hizo molestar, pues sus ojos brillaron y no por la luz de la pantalla.

— ¿Quién es? — pregunto al ver que respondía con inmediatez — ¿pregunté quién llamó?

— ¿Te importa? — se levantó respondiendo de la misma manera

Sorprendida y un tanto indignada por la forma en la que contestó, sus ojos se aguaron al segundo y cubrió estos con las palmas de sus manos.
Sus sollozos no se hicieron esperar aunque no haya sentimiento de dolor alguno de por medio.

Un gran error de su parte si creía que se daría media vuelta para consolarla como otras veces.

Por igual o incluso más, el también la conoce bien por lo que ya no está dispuesto a seguir aceptando berrinches tontos e inmaduros, justo de esos que únicamente te dan dolores de cabeza.

— Ya veremos de cuanto será tu sentencia al meterte con una menor. Me da asco de solo pensarlo — se transformó por completo, odiándolo hasta por los ojos

— Lo que yo haga no es de tu incumbencia — salió con teléfono en mano

Grandes rabietas, golpes en el piso y destrozos por cada rincón de ese lugar, destruyó casi todo por completo olvidándose del valor de cada artefacto.

Si, dedicarle la "vida entera" a una persona que es capaz de cambiarte al primer mensaje no es muy bueno, sin embargo a ella le resultó interesante pasar por vivencias así, realmente lo quiso de esa manera.

¿Pero que mas esperaba de su parte?

Son contadas las ocasiones que llegaron a coincidir cuando fueron niños, después de eso, él tuvo que recorrer un extenso camino lejos de casa por lo que ya no posee ciertos recuerdos, perdieron todo contacto por lo tanto cada quien se conoce muy poco.

◈ K ʜɪᴘ ʜᴏᴘ | Rᴇᴀᴄᴛɪᴏɴs, ᴛʏᴘᴇs ᴀɴᴅ ᴍᴏʀᴇ... ◈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora