Dpr Ian Parte III

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El clima por la noche se siente tan delicioso que andar por las calles usando las prendas más cortas y ligeras posibles que tenemos en nuestro guardarropa suena muy bien, acompañarnos de un buen trago de alcohol en algún club.
El mejor plan para quien quiere salir a rumbear hasta perder la razón.

Mezclas de ritmos de todo el mundo se escuchaban a la perfección en cada rincón de aquella discoteca, misma que estaba a reventar de personas de todas las entidades y humo generado por una máquina y cigarrillos electrónicos.

La mayoría de las mujeres bailaban todas las canciones, moviendo sus caderas con sensualidad y estilo, quien iba con su pareja exageraba sus movimientos y quien no, gozaban de quienes las veían.
No todos ponían atención a lo que hacían, unos guardaban la calma, disfrutando sus bebidas que apenas y les hará olvidar el pesado día que tuvieron.

No había espacio por donde caminar, ese lugar estaba repleto que apenas podían respirar.

A una persona en específico poco le importaba ahogarse en ese lugar, entre más mujeres tenga a su alrededor, mejor para el.

Con cada una se a pasado saliva que el contorno de sus labios ya está pintado de todos colores y sabores.
Para quien no está acostumbrado a ese tipo de muestras visuales, daba un poco de asco en realidad.

— ¿Podemos ir a un lugar más...privado? — una pelinegra a su costado se escondía en el hueco de su cuello, respirando el olor de su colonia varonil

— Aquí es perfecto — dio un gran trago a su bebida antes de ocuparse con otra chica

Quien no tenía la oportunidad de estar muy cerca de él, solo se conformaba con bailar y acariciar lo que las demás les permitían.

Patéticamente se emocionaban cuando, por un breve segundo, cruzaban miradas por accidente solo para seguir atrayendo a más mujeres.

— Si no te conociera, te diría que estás en el proceso de curar las penas

Cada uno detuvo sus movimientos para brindar atención a esa voz.

Era la reacción exacta que esperaba recibir al verse por primera vez después de tanto tiempo.
La mirada sería y llena de disgusto, las ganas de seguir pasándola bien se fueron al verlo, apretando el vaso de cristal y extrañando a las chicas por la nula respuesta a las caricias.

— Me queda muy claro cuánto te afectó ___, mírate, estás con todas ellas al mismo tiempo para tratar de olvidarla y apuesto a que no te funciona — le regaló un guiño a una de ellas, sonrojándola al instante

— Desaparece de mi vista — la música se moderó como si fuese un pedido, fastidiando a Christian por la falta de sonido

— ¿Cual será tu siguiente movimiento? ¿Llevarlas a casa o visitar ésta noche diferentes lugares para pasar el rato? — las chicas giraron su cabeza para verlo

Eso no sería problema si al muchachon no le afectara la palabra 'orgia', si es de su gusto, encantado con tenerlas a cada una hasta el amanecer.
Pero siendo sincero, no le apetecía acostarse con una sola, en ese momento solo quería sentirse poderoso.

— Me ofrezco si alguna de ustedes puede brindarme un poco de su tiempo — anuncio recargándose en la baranda del segundo piso

Una pelirroja se acercó a él, dejando un beso en su mejilla y tomando su mano libre por si le apetece ya irse, muy evidente que está dispuesta a todo sin conocerlo.

Y para si esta acción le resultó divertida a Christian.

— ¡Siéntate! — ordenó viendo a la chica — ¿ya no te sirvió lo que tienes en casa y ahora buscas seguir robándome a mis mujeres?

◈ K ʜɪᴘ ʜᴏᴘ | Rᴇᴀᴄᴛɪᴏɴs, ᴛʏᴘᴇs ᴀɴᴅ ᴍᴏʀᴇ... ◈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora