- Prologo -

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—Vaya, su presencia sigue siendo igual de imponente

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—Vaya, su presencia sigue siendo igual de imponente. —Se dirigió el gran sacerdote, Daishinkan, a dos figuras mas— Su puesto como el Dios mas respetado se mantiene con honores. —Declaro aun manteniendo su flote sobre el aire.

Es todo un honor escuchar esas palabras de su parte, sacerdote. —Respondió una de las dos figuras, y no se trataba de mas ni menos que la mas grande, tan grande como el satélite de un planeta. El sumo sacerdote no era nada a comparación de su tamaño, pero no tenia nada de que preocuparse— Si sintiera "algo", su halago haría efecto en disipar la tensión que esta por crear. —Aquella figura tan grande, imponente, y aterradora, simplemente no significaba nada en términos de poder. Si quisiera, con un solo dedo podría exterminarlo, pero simplemente no era necesario.

DIOS sabia muy bien sobre esta gran diferencia, y a pesar de no sentir emociones, no podía evitar una sensación que lo carcomía por dentro.

—¿A que se debe tu visita, padre? —Pregunto la otra figura. Se trataba de un ser femenino de piel celeste que aparentaba ser bastante joven, ojos color lila, una cabellera blanca interminable, una ropa bastante singular, y un báculo con una extraña orbe en el centro, sin mencionar que su belleza era indescriptible.

—Iré directo al punto. —Menciono el sumo sacerdote mientras se aclaraba la voz— He venido a comunicarles un mensaje por parte de Zeno-Sama:

"En el día 3,135,500,603 del calendario del rey a la hora 157, diez guerreros elegidos entre todo su universo se enfrentaran en un torneo de la fuerza para decidir al mas fuerte. Dicho torneo se celebrara en el reino de la nada. Los luchadores que se proclamen como ganadores podrán cumplir un deseo a través de unos artefactos conocidos como las super esferas del dragón."

¿Un torneo de la fuerza?

Desde el punto de vista de DIOS, era una completa perdida de tiempo y una completa interrupción en sus planes, pero simplemente no podía negarse, o las consecuencias serian inconmensurables. Recordaba perfectamente lo que le sucedió a los universos 15, 16, 17, y 18.

Algo tan simple como no asistir a una reunión entre los dioses los borro de la faz de la existencia.

Zeno-Sama no era piadoso en absoluto. Detrás de esa fachada tan alegre e inocente que demostraba, se encontraba el ser mas cruel e impuro que pudo haber existido jamás. Si tuviera emociones, diría que cada vez que lo tiene de frente, siente escalofríos.

La incertidumbre de saber si por cualquier mínimo error puedes ser condenado o no junto a todo tu universo, y simplemente desaparecer de la existencia misma, era terrorífico.

Quien diría que una figura tan infantil seria tan imponente y aterradora, y el, que intentaba ser justamente eso segundo, terminaba siendo ridiculizado ante el.

—Disculpe mi insolencia padre. ¿Puedo hacerle una pregunta con respecto a esto? —Pregunto con curiosidad la ángel guardián de DIOS.

—¡Por supuesto! ¡Adelante! —Respondió exclamando el sumo sacerdote— Estoy abierto a toda clase de preguntas relacionadas con el torneo del poder.

—¿Dentro de los diez guerreros pueden incluirse seres que ya no están en vida?

—Que curioso. Son los únicos que me ha preguntado sobre esto. —Dijo con una sonrisa melancólica— Una muestra de que su trabajo es impecable, ¿no es así?

—Estas en lo correcto, padre.

—Muy bien, en ese caso, mi respuesta a la pregunta es afirmativa. Los seres cuyas almas hayan abandonado el terreno físico estan permitidos dentro del torneo, si es que no se les han escapado a otro cuerpo aun, por supuesto. —Agrego mientras levantaba uno de sus dedos en señal de estar dando una información importante— Soy completamente consciente de que sus habilidades le permiten otorgar poder divino sin esfuerzo alguno a todo tipo de ser. 

—Padre, ¿eso es un problema...?

—Así es. Gracias a esto tienen una ventaja muy grande en contra de los otros universos, sobretodo considerando que es el mas poderoso entre los dioses de la destrucción. —Respondió completamente firme ante dicha decisión— Por ese motivo, el poder otorgado no se encuentra permitido dentro de los parámetros del torneo. —Dijo haciendo que la figura colosal se estremezca ante sus palabras— Al menos no del todo.

—¿A que se refiere con esto padre?

—Esta disponible la opción de enseñarles ustedes mismos el poder divino, sin embargo, tendrán que encargarse de las consecuencias que esto puede llegar a causar. Espero sean conscientes de ello. —Agrego el sacerdote mientras cerraba sus ojos por un pequeño momento.

El universo 13 agradece la oportunidad, pero tendremos que pasar de esa opción. Es un riesgo demasiado grande.

—Entiendo, me alegra que lo hayan entendido todo a la primera. Recuerden que esa opción sigue estado vigente. —Dijo con una sonrisa melancólica mientras se preparaba para despedirse— Si ya no tienen mas preguntas, procederé a retirarme. 

—Adelante, padre. —Respondió la bella ángel guardián mientras el sacerdote asentía con su cabeza y desaparecía en una luz tenue blanca— Tendremos muchos problemas al no poder otorgar poder. Todo estará muy descontrolado. —Dijo la bella ángel con un rostro preocupado hacia su compañero, a pesar de la gran diferencia de tamaños.

 —Dijo la bella ángel con un rostro preocupado hacia su compañero, a pesar de la gran diferencia de tamaños

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Esto interrumpe por completo mis planes, pero no hay nada mas que podamos hacer. Solo resignarnos a seguir ordenes ciegas por el resto de la eternidad como si fuéramos ovejas en un rebaño —Extendiendo una de sus manos— Zeno-Sama es nuestro pastor. Quizás con esas esferas, pueda darle un alto a eso.

P O D E R | Dragon Ball Super x One Punch ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora