𝐎𝐡 𝐌𝐲 𝐁𝐨𝐬𝐬! || 𝐇𝐢𝐫𝐨𝐦𝐢 𝐇𝐢𝐠𝐮𝐫𝐮𝐦𝐚 ᝰ.ᐟ

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La alarma sonó estridente despertando de golpe a la jóven quien se sentó con velocidad provocando que sus cabellos enmarañados cayeran en su frente, apagó el dispositivo y se estiró unos segundos en la cama. La noche anterior luego de tener esa pequeña charla con sus amigos volvió a casa para calmar su mente, había pensado demasiado en como debería actuar frente al abogado y llegó a la conclusión de que lo mejor sería ignorar el tema hasta que el mayor de pie a hablarlo, no quería ser insistente y que las cosas entre ellos tengan un mal comienzo. Pero mientras preparaba un poco de café en su mente se dibujó el par de ojos del hombre la noche que se conocieron, brillando en la oscuridad y llenos de lujuria, una imagen que fácilmente no podría olvidar y sería un problema en los próximos días.

— Mierda, cálmate_____. — Maldijo agitando su cabeza presa de pensamientos y cuestiones. — Ojalá fuera tan fácil olvidarlo.

Y realmente era difícil, generalmente sus amantes de una noche no llegaban a llamar tanto su atención para luego aparecer en sus pensamientos repentinamente, o al menos no tan seguido. Pero claro, no todos los días se encuentra en una situación así donde debe fingir demencia al momento de saludar a su superior como si no la ha ayudado a tener un orgasmo inolvidable. Mordió su labio riendo por lo patética que se veía teniendo a ese hombre tan presente, solo quería dejar de lado todo y seguir con su trabajo normalmente.

Miró la hora y decidió arreglarse con rapidez para llegar en un buen horario, lo que menos quería era tener más problemas y que Higuruma le llamase la atención. Al estar lista se dirigió al edificio de linda estructura y ventanales por doquier que lo adornaban, mostró su insignia al guardía que la dejó pasar, una vez dentro la recepcionista la saludó amablemente y _____ luego de devolver el saludo siguió su camino hasta el ascensor.

Luego de tocar el botón para pedirlo las puertas se abrieron y la jóven casi cae al suelo encontrándose con un pecho y corbata conocidos, el aroma llegó a su nariz encantandola y obligando a qué subiera su vista para ver a su mayor. _____ no contaba con que el elevador había bajado al abogado que hace unos segundos subía a su oficina, y al percatarse de eso los colores subieron a sus mejillas pintandolas de rojo exhibiendo vergüenza.

Hiromi dió una sonrisa cerrada con un toque de gracia al verla encogiéndose en su lugar para luego saludarla.

— Buenos días ¿Subes? — La jóven asintió sin decir más y lentamente se metió al elevador tomando lugar detrás de él.

El perfume del hombre había inundado el lugar y la menor luchaba por mantener la compostura, maldecía internamente tener que esperar hasta llegar al cuarto piso, si bien no era el más alto parecía que el tiempo no avanzaba y el mundo estaba conspirando en su contra para dejarla encerrada con él en un lugar donde no podía alejarse tanto.

— ¿Cómo te sentiste ayer? — La voz del hombre logró sacarla de sus pensamientos.

— Eh... Fue algo nuevo, pero interesante. — Jugó con sus dedos nerviosamente.

— Te noto algo tensa cuando estamos a solas. — La vió de reojo causando que sus piernas temblaran. — No te preocupes, sé que soy tu superior pero no tienes que sentirte tan agobiada con mi presencia. — Se giró para verla con una sonrisa. — Tengo fé en que harás un buen trabajo y no tendré que llamar tu atención.

La puerta se abrió y el hombre dejó pasar a la chica primero siguiéndola por el pasillo para luego abrir la puerta frente a él y volver a cederle el paso.

Luego de acomodarse en sus lugares comenzaron a repasar la información obtenida de los casos que había tomado Hiromi, ahora mismo específicamente veían el caso de la señora Yamazaki quien demandó al hermano de su difunto esposo por haber arrebatado su vida en un homicidio, sin embargo debía saber aún más sobre el acusado contra quien atentaban debido a que el abogado contrario tampoco dejaba escapar una para hacer bien su trabajo.