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El alcohol se deslizó hacia el pequeño vaso de vidrio llenandolo casi por completo, los dedos de Nobara se deslizaron hasta tomarlo con firmeza, llevándolo hasta los labios de su amiga.

— Bebe, hasta el fondo. — Ordenó con una mirada demandante llevándose un suspiro de la contraria antes de tomar el vaso por si sola. — Sirve otro Yuta.

Mientras _____ veía su reflejo en el enorme espejo rodeado de luces pensaba en que tal vez ahora mismo podría estar recostada en su cama mientras devoraba una bolsa de de frituras; suspiró con frustración mientras decidía que color usar en sus labios y Nobara le daba una mirada de reojo sabiendo exactamente que ocurría por su mente.

— No suspires así, me lo debes por hacerme esperar tanto tiempo la otra vez. — Musitó la castaña mientras se acercaba por detrás de su amiga y posaba las manos en sus hombros descubiertos.

— Lo siento, prometo que la pasaremos mejor hoy. — Respondió _____ con una dulce sonrisa mientras sentía la curiosa mirada de Yuta sobre ellas.

Cuarenta minutos atrás la jóven había salido de tomar una ducha reconfortante luego de haber tenido un largo día de trabajo, en realidad, era más el cansancio mental de soportar la tensión dentro de la oficina de Hiromi, tensión de la cual solo ella parecía percatarse. Y justo cuando estaba a punto de pudrirse en su cama el timbre zumba en sus oídos obligándola a levantarse a regañadientes para ver quien sería el idiota que se presenta a molestarla a esas hora.

Abrió la puerta dispuesta a insultar a quien estuviera del otro lado pero la enorme sonrisa de Nobara la detuvo antes.

— ¿Qué están haciendo aquí? — Preguntó masajeando su cien mientras Yuta le sonreía con timidez, obviamente el chico había sido llevado allí en contra de su voluntad.

— Conseguí entradas VIP para Orion's Lounge. — Respondió con tintes de euforia mientras se adentraba en la casa de su amiga. — Y tú me debes una, así que nos acompañarás.

— Pero ya me puse la pijama. — Refunfuñó cerrando la puerta tras suya.

— ¿Qué? Creo que juntarte tanto con ese abogado te está afectando. — Enunció la diseñadora evitando reírse en su cara. — No aceptaré un “no” como respuesta, no te das una idea de lo difícil que fue conseguirlas.

  Kugisaki le regaló una perfecta expresión de cachorrito triste causando algo dentro de la jóven. Suspiró y pensó unos segundos, no podía rechazar el pedido de la castaña sabiendo que se habia esforzado en conseguir las entradas e incluso se tomó la molestia en conseguir la cantidad exacta para su pequeño grupo.

— Bien, iré con ustedes. — Finalmente suspiró con una pequeña sonrisa en sus labios.

— ¡Genial! Sabía que no me dejarías sola. — Habló con tintes de felicidad mientras besaba dulcemente la mejilla de la practicante.

Y así fue como llegamos a la situación del comienzo, con las dos jóvenes corriendo de aquí para allá mientras buscaban darle los últimos detalles a sus outfits y agregando más brillo en sus maquillajes, mientras que Yuta se encargaba de rellenar sus vasos antes de estar completamente vacíos, la idea era llegar al lugar con al menos pequeñas cantidades de alcohol en sangre para, según Nobara, entrar en calor.

— Creo que deberías usar éste. — La calmada voz de Yuta detrás suyo logró que _____ diera un saltito en su lugar, levantó su vista encontrándose con el reflejo de esos cansados ojos mientras que él se inclinaba ligeramente para tomar un labial en crema color vino. Su mano descansó en la cintura de la jóven mientras examinaba el labial imaginando que tan bien quedaría en su amiga para luego dejarlo en sus manos.

𝐎𝐡 𝐌𝐲 𝐁𝐨𝐬𝐬! || 𝐇𝐢𝐫𝐨𝐦𝐢 𝐇𝐢𝐠𝐮𝐫𝐮𝐦𝐚 ᝰ.ᐟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora