Lisa Manobal lidia con las insinuaciones de su mejor estudiante, Jennie Kim, quien interfiere con sus planes de escribir un nuevo libro.
¿Cederá a los encantos de Jennie Kim antes de que termine el año?
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Contenido Sadomasoquista
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★ Canción:
Bitch Better Have My Money
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Punto de vista de Jennie Kim.
El humo se cuela por toda la estancia y la bola de discoteca se ilumina de un tono morado, rojo y azul. La música se manifiesta a través de los inmensos altavoces, situados en el interior del salón y también en el jardín, junto a la piscina. Retumban con fuerza en mi cuerpo acompañando los latidos de mi corazón y me hacen sentir plena.
El alcohol ya había hecho efecto en mi, hace unas escasas horas y no podía parar de bailar y sentir la música. Me sentía libre de ataduras, en calma y capaz de hacer lo que quisiera en este momento.
Todo el mundo bailaba y se sentía de la misma manera, libres de hacer lo que quisieran, víctimas de las drogas y el alcohol, que les impiden pensar con claridad.
Hacía un rato que había perdido a Irene, desapareció de la mano de un chico rubio el cual no conocía pero era lo que menos me importaba en este momento.
Frente a mí, se encontraba un chico musculoso, seguramente era miembro del equipo de fútbol del instituto, su silueta se disipaba con el humo y los rayos de luz. Me mira con deseo y yo le sonrío sabiendo sus intenciones. Sigo moviendo mis caderas al son de la música, dejando caer mi pelo en cascada por mi espalda y exponiendo mi cuello y pechos. Tengo calor, necesito otro trago. El sudor hace que pequeñas gotas bajen por mis pechos, pequeños cabellos se peguen a mi frente y nuca.
A los segundos siento unas manos fuertes rodearme la cintura y sonrío.
He tardado menos de lo que pensé.
Sitúo mis manos en su enorme cuello y él me pega más a su cuerpo. Mi culo frota su evidente erección que esconde en sus pantalones. Al contrario que otras veces, la euforia se desvanece. Ya no tengo apetito y decido cortar de raíz. Me giro y rodeo su cuello quedando frente a él. Lo miro a los ojos pero él está perdido en mi escote. Me rio de lo simple que me parece.
Me acerco a él y le susurro al oído. " Si me traes un trago seré tuya toda la noche" con tono suplicante, para después morder su lóbulo y estirarlo con diversión. Lo vuelvo a mirar y lo veo apretar la mandíbula. Asiente con dificultad y se aleja de mí.
