Lisa Manobal lidia con las insinuaciones de su mejor estudiante, Jennie Kim, quien interfiere con sus planes de escribir un nuevo libro.
¿Cederá a los encantos de Jennie Kim antes de que termine el año?
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Contenido Sadomasoquista
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Punto de vista de Jennie Kim.
En cuanto cerré la puerta del salón. Sentí una oleada de ira en mi. Sujeté los dichosos folios entre mis manos y los miré con rabia. Había una nota pegada en el reverso, quité el postit de la primera página y prácticamente lancé los folios en blanco por todo el lugar. Dejando una especie de montículo de hojas justo en la misma puerta de la clase.
Sujeté la nota de color azul entre mis manos y leí lo que Lisa había escrito.
"Lo siento. ¿Cena en mi casa el sábado?"
Apreté los dientes con evidente molestia.
– Cini in mi cisi il sibidi... – me burlé leyéndola de nuevo. – Imbécil.
Rasgué el postit con mis dedos, haciendo de la nota miles de trocitos casi imposibles de leer. Tiré el resto al suelo, cuando me giré vi a una señora con una fregona y su carrito de la basura. La mujer me miraba completamente sorprendida.
– ¿Usted qué mira? – entre cerré los ojos.
– Tengo que limpiar eso... – señaló el montón.
Pestañee sorprendida para después avergonzarme.
– Oh... Ahm... Lo siento... – me incliné a modo de disculpa.
Después de ese momento incómodo salí corriendo del lugar. Bajé por las escaleras aun sintiendo una inmensa rabia en mi interior.
¿Era posible aquello? Me había echado de clase remplazándome por aquella idiota que solo le faltaba lamerle los zapatos. A mí. A su maldita novia. Apreté la mandíbula con evidente enfado, olvidándome de la gente que se encontraba a mi alrededor. Odiaba a esa perra con toda mi alma. Puede que Lisa no vea lo tan insoportable que es pero era obvio, más que obvio. Me sentía como si todo el mundo ignorara mi percepción, recalcando lo buena chica que era esa niñata. Sé que finge ser una estudiante en desventaja solo para ganarse la atención de los profesores. Vamos, yo había inventado ese juego y ahora ella quería meterse en mi terreno. Quiere arrebatarme lo que me pertenece...
Pero no pienso quedarme sentada de brazos cruzados viendo como esa estúpida se ríe de mi.
Bajando las escaleras empujé a algunos alumnos sin querer ignorando su presencia a mi alrededor y ganándome algunos insultos. No me apetecía hablar es este momento, solo quería irme a casa después de un día duro y echarme en la cama. Me concentraré en terminar las tareas que habían mandado para el fin de semana y así tendré unos días libres.
– Ey Jennie.
Una voz conocida me hizo parar sobre mis talones en medio de la escalera. Me giré sobre mi eje y encontré a la Profesora Roseanne Park. La mujer me sonrió agradablemente, llevaba unas gafas de lectura sobre su rostro y sobre su brazo unos cuantos libros de álgebra de distintos cursos.
