1969
Donde Minho tiene una hermosa familia viviendo una bella vida hasta que una noche de muchas en un bar conoce al nuevo bartender Jisung un chico que brilla ante la multitud, distinto a los demás viéndose él mismo envuelto en sentimientos nuevos...
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Por otro lado, justo detrás de ella estaba alguien que su mente estaba igual de lejos
Pensaba en su libro y en sí mismo reflejado en el.
¿Es que estaba saboteándose?
Había actuado de una forma que desconocía de él mismo, como los escritores de viajes que impartían largos y peligrosos viajes a lugares interesantes para poder escribir de ellos, el se provocaba, ¿malos ratos?
No era un hombre de fe ni mucho menos, iba ahí por su esposa e hija, no creía en lo mismo que Darla aun que fue criado con la misma doctrina los libros lograron guiarlo entre una realidad que podía en paz su alma así que no estaba faltando al respeto a nadie si no prestaban atención
La cuestión era que podía haber hecho sentir incómodo a Jisung con las mierdas raras que su cerebro arrojo sin pensar, eso era lo que realmente importaba
Sin evitar recordar como sus mejillas se pintaban y su sonrisa brillaba eso no significaba más que…
Más que ¿Qué?
Había visto la expresión de Han miles de veces repetidas en su cabeza dando y dando vueltas una y otra vez pues no podía entender
La forma en la que el menor lo miro esa última vez, cuando soltó estupideces era un completo enigma, por ahora decidió que la mejor opción era escribir para así poder descifrar aquello
—Cariño- la rubia lo saco de sus pensamientos –¿Todo bien?
Después de asentir sin siquiera haber escuchado la pregunta completa, sonrió dulce a su esposa, la misa había terminado y el apenas lo había notado.
Se levanto con la pequeña niña en brazos, tenía que volver a su oficina más tarde para seguir estudiando así que llevaría tranquilo a su familia y quizás comería algo
—Señor Lee –Pero una cabellera rubia con espectacular sonrisa lo atajo
—Padre Bang, digame Minho después de todo usted es mayor
Estrecho su mano, era irritantemente perfecto, un caballero con sotana y radiante actitud un sol en carisma y perfecta sonrisa Christopher era un encanto cansado. Noto como su esposa justo alado suspiraba cautivada por aquella gran belleza que notablemente desbordaba
Todo lo contrario de la mujer que esperaba sentada en las gradas justo frente a el, inmóvil y con la cabeza gacha pero porque llegaría a meter su cuchara cuando tenía asuntos más importantes
—Me gusta verte aquí más seguido, Minho
—He estado ocupado y ahora mismo también lo estoy
—¿Te estoy interrumpiendo?, lo lamento solo quería decirles que es bueno velos, Darla luces bellísima
La mujer se sonrojo de pies a cabeza, su piel blanca y cabello rubio hacia destacar aquel cumplido
