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Años atrás 2/2

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Años atrás 2/2

Felix nunca tuvo una familia.

—¿Encontraste algo hoy? - Pregunta tomando un trago de una lata de cola.

—A estado tranquilo todo el dia – Suspiro – Tengo hambre.

—Yo también, Ten – Ofreció la lata, Bok la tomó agradeciendo con una sonrisa.

Su madre, la persona que lo trajo al mundo era una adicta y su padre fue alguien que conoció una noche, desde joven vivió en la calle, robando cuando era pequeño, pidiendo comida en parques o cualquier cosa que le trajera dinero hasta que a los 12 años un hombre le ofreció dinero por algo más.

Estaba desesperado y muy asustado, lo hizo y todo fue cuesta abajo cuando muchas veces el no quería era forzado incluso llegando a lastimarlo causando heridas que nunca sanarian dejándolo temblando por las noches sangrando por dentro y por fuera pero continuo con las heridas sin sanar escucho que en la zona oeste habían mayor flujo de "Clientes" asi que fue arrastrado a ir cuando la necesidad atacaba su estómago.

Desnutrido, con los ojos inflamados y las piernas doliendo por las cortadas no cicatrizadas se adentro al lugar decidió que pararse en una esquina era suficiente, hasta que dos mujeres se acercaron a discutir alardeando que ese lugar estaba ocupado y que no podía simplemente venir a ofrecerse pues disque había que pagar piso.

—Déjenlo – Ordeno desde lejos una voz masculina – El se queda ahí ustedes muévase, ya estaba viejas para pelear.

Cuando Felix se giro su primer instinto fue soltarse a llorar pues la gran figura que se acercaba junto a la obscura noche dejaba ver una aterradora sombra.

—¿Pequeño? – Hablo

Subió su vista, visualizando a un hombre con labial rosa chillante y peluca.

—¿Tienes hambre? – Sonrió con una calidez que desconocia.

Se soltó a llorar y le abrazo al primer indicio de amabilidad, apenas era un niño con demasiado dentro y muy asustado, Madame lo noto y lo abrazo confortandolo.

—Ven conmigo, te invitaré algo rico.

Se sentó y observo el lugar, era una habitación pequeña pero linda donde habían más pelucas que muebles.

—¿Te gusta la pizza?

Sus ojitos brillaron moviendo la cabeza efusivamente, calentó la pizza y se la sirvió, fue devorada en dos bocados así que decidió calentar el resto.

—Dime pequeño ¿Tienes nombre?

—Yongbok ‐ Apenas respondió entre mordidas.

—Es un nombre complicado – Confieza – Y es algo peligroso decir tu nombre real a los cerdos de allá afuera.

—Los demás suelen llamarme "Muñequito" es asqueroso, lo odio ¡Putos idiotas!

—Jovencito – Regañó – ¿Cuántos años tienes?

In another life.       ᴹⁱⁿˢᵘⁿᵍ        Donde viven las historias. Descúbrelo ahora