CIA

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No hay mucho que decir. Estoy un poco flojo pero traje un poquito de contenido. No me acuerdo mucho del stream pero intenté hacer todo acordé de lo que me acordé, pido perdón, la  chamba me tiene malito.

—·—

Su cigarro se desaparece lentamente de sus labios, aquel sabor lo tranquiliza, lo saca de lo que es el mundo en el que vive, aunque solo sea por unos segundos.

La noche está fría, y se da cuenta de eso cuando siente sus vellos erizarse, y un profundo sentir helado en sus manos. Da una última calada y deja que el cigarro caiga de sus dedos.

Aquella playa, aquel lugar donde tantos recuerdos le inundan son la causa de que este ahí. Le da paz recordar los momentos felices, pero el sentimiento de que nunca volverá a vivirlos choca fuertemente con esa felicidad momentánea, ahuyentando está de su cuerpo y alma.

Una fría lágrima cae por su mejilla, no se dió cuenta en que momento empezó a llorar, pero ahí está. Su radio pita, incontrolablemente, lo cual empieza a desesperarlo. Y ahí es donde cae en cuenta que desde el momento en el que se metió de cabeza en la policia se arrepiente.

Solo quiere devuelta todo lo que es suyo.

El derrape de un auto se escucha detrás suya pero en lugar salir de sus pensamientos lo enrolla más en aquel mar de dudas.

¿Y si en verdad todo fue su culpa?
La muerte de su hermano, que su esposa ya no lo quiera ni ver, hasta que recupere a su hijo, el hecho de que esté este quien sabe dónde, sufriendo, llorando, ¿riendo? No lo sabe. No lo sabrá hasta que lo recupere.

Duda, siempre duda sobre si en realidad lo hará. Porque despues de el suceso que lo dejó solo en aquella playa, no sabe que más hacer. No sabe dónde ir, ni a quien llamar.. porque está solo.

[メ⁠)

—¿Cómo se encuentra su hijo, señor Trucazo?— Freddy se tenso en su lugar, respirando cada vez más intranquilo. No quería escuchar algo proveniente de su hijo, menos de aquella boca, aquella persona que odia. Sus puños se apretaron fuertemente, junto con su mandíbula, su sed de sangre que creía casi muerta despertó de entre los muertos, y solo miraba un punto dijo, ignorando la voz en su cabeza, que, le pedía tomar su lugar.

—Quiero pruebas de que está vivo.—Antes de que Freddy pudiera hablar, Conway lo hizo.—Quiero putas pruebas de que esta vivo, o reduciré todo a cenizas, y sabes muy bien que soy capaz de hacerlo.—El hombre enmascarado río sarcásticamente, muy sarcásticamente.

—Lo se, Jacky.—Se puso frente a él pasando de mi.—Pero, ¿qué crees? Yo no te tengo miedo. Y si te atreves a hacer algo en este lugar.. Ninguno de nosotros saldrá vivo.

Mire con el ceño fruncido a Conway.
¿Lo sabía? ¿Sabía de los hijos de puta que secuestraron a mi hijo? Recordé el pacto de sangre, como sucedió, y lo que sucedió después de ese encuentro.

—Mi vida.. a cambio de la de su hijo.

Después de esas palabras no escuchaba nada, mis oídos parecían instruidos por algo, pero no sé que. Tenía demasiadas preguntas, y no habían respuestas. Solo se, que Toro no quiere hablar.

—Señor trucazo.—Escuche finalmente, volteando mi rostro lentamente.—Saque su arma y dispare a Jack.—Al escuchar esas palabras baje mi cabeza, negando rotundamente, pero la voz en mi cabeza seguia gritándome fuertemente, junto con la del hombre que mas odio. Mierda.

—Hazlo, es una orden.—Ahora el que me grito fue Conway, y solo pude mirarlo para poner mi arma justo en su frente. Mis ojos irradian el enojo e impotencia que sentía en esos momentos. El enojó de no poder proteger a nadie, y la impotencia de no poder vivir.

—¿Quiere retirarse, Jacky?—Preguntó finalmente y vi a Jack tragar fuertemente, mis ojos estaban tan clavados en él que creía escuchar su respiración, estando a una prudente distancia.

—No.—Baje el arma al instante, y le di la espalda a todos en la sala. Todo acabó, y solo se mantiene en su lugar, viendo cómo el hombre vestido completamente de negro sale lentamente del lugar, riendo estrepitosamente, llenando aun más su ser de rabia.

Con furia en sus ojos quiere ir lejos y no mirar hacia atrás, y eso hace. No escucha los gritos detrás suya que intentan que vuelva, porque aunque él no lo crea, todo está planeado.
Aquel encuentro, las palabras, las acciones que se mostraron, todo. Hasta la traición que sintió en su cuerpo al mirar el rostro del hombre que confiaba plenamente.

Prácticamente lo habían llevado a rastras a las montañas desoladas, con coches que no son suyos, por lo que no tenía transporte. Había un carro, uno muy viejo, pero ahora mismo le daba igual. Si seguía ahí aquella voz terminaría de convencerlo. Con un poco de dificultad intentaba cablear en auto, frunciendo su celo y golpeado este al no lograrlo, una y otro y otra vez.

—¡Joder!—Gritó con rabia. Y por accidente mordido su lengua, cualquiera le abría dolido, pero en ese momento lo ignoro, cayendo la sangre de sus labios, hasta bajar por su barbilla.

—Freddy, baja del puto coche.—La voz de Conway se hizo presente tras el vidrio, pero en esos momentos aquella imponente voz sonaba desesperada, casi como una suplica.

Conway, aquel hombre que más que persona era un completo misterio. Cómo ahora. No sabía que pensar, ni que decir. Todo paso lento a la vista de otros peor para el fue como una cascada. Su hijo, la CIA, Jacky, ¿Gonzalo?

—No te quiero ver la puta cara. Fuera de mi vista.—El volante era estrujado en sus manos, no quería ni podía verlo a los ojos y si en algún momento veía aquellos ojos, junto con su rostro y todo lo que hay en él no podia evitar cambiar de lugar

Porque.. Toro ha vuelto y no tiene ganas de hablar.

[メ⁠)

—Freddy.—Se acercó lentamente, notando a este tan sumido en sus pensamientos, aún estando frente a él. Vio sus ojos, aquellos profundos ojos que no lo miran, no miran nada, solo están perdidos en un profundo abismo sin fin.

"Estamos juntos en esto"

Recordó aquellas palabras, y sintió su pecho contraerse. No le había contado nada, por miedo y por querer mantener a todo a raya. Pero luego de ver la actitud de su comisario, aquello no había valido la pena. Solo formó un muro entre ellos, un muro de dudas.

Trucazo lo miró, este vez si lo hizo. Sus ojos llorosos expresaban más de lo que pudo imaginar, aquel hombre carismático y risueño, con esa expresión triste, junto con las notable lagrimas que se escurría por sus aguados ojos lo hacían sentirse miserable.

—Conway..—Fue un susurro, uno muy suave. Tan suave, que Conway dudo.—Hiciste muy mal, pero te perdonó, Jack.—Dudas y mas dudas, pero Conway lo abrazó ciegamente con fuerza y rápidamente fue correspondido, oliendo ambos el aroma que emanaban. Uno feliz de tener a su "comisario" y otro con otra idea en su cabeza: joder al hombre que más ama.

—Pero, ¿sabes que?—Conway quien aún se mantenía abrazado al cuerpo contrario se tensó en su lugar. Temiendo lo peor, temiendo un poco de aquella profunda voz.

—Toro no te perdona..—Con furia tomó el cuchillo a su costado y lo clavó en la espalda de Conway y un agonizante grito se escuchó. Con una sonrisa satisfactoria, estrujó el fornido cuerpo contra si mismo, tan cariñosamente que aquel acto pareció no importarle, mucho menos a Conway, quien aun desangrándose lo besó. No les importó el lugar ni mucho menos aquel acto tan.. sucio. Pero, ¿qué importa?, ¿quién estaría en la madrugada en esa desolada playa? Nadie.

Así como nadie podía confiar en Jack, ni mucho menos en Trucazo.

One shots FredwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora