Capítulo V: Una luz.

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Edmong Demir.

Todas las mañanas eran lo mismo.

Uno, dos, tres...

Todas las mañanas tenía que hacer lo mismo.

Cuatro, cinco, seis...

Tenía que comer, bañar, cepillar.

Siete, ocho, nueve...

Si tan solo pudiera...

—¿Señor?

Salgo a la superficie, lo primero que visualizo es el cielo tornado en gris, está triste la mañana.

—Hemos hecho el nuevo inventario señor.–me dice Francis mientras me siento en el borde de la piscina.

—¿Y que tal todo?–pregunto mientras cojo una toalla para secarme.

—Todo excelente, nada de complicaciones y los autos para el envío de Dubai ya están en carretera directo a su destino.

—Muy bien Francis–ya con mi mano seca le palmeó el hombro–¿Algo más en mi horario?

Camino hasta entrar en mi pent house, ya que para salir a fuera se tiene que entrar por la puerta corrediza de la cocina, me dispongo en abrirla para mí y Francis.

Francis es mi aliado, pero asesor y secretario. Lo conocí hace unos años atrás, era un crío que quería crear su propio imperio de autos y en uno de los eventos que organizaba mi madre lo he conocido.

Papá me lo presentó con otros amigos de él, entonces me preguntó que quería ser y le he dicho que el mayor billonario a base de autos y demás.

Lo más que  recuerdo de aquel momento era su sonrisa de admiración absoluta. No nos hemos separado desde entonces.

—Tiene una reunión con los turcos por las Ducati a esta hora tardar, una entrevista de televisión a las diez, tiene que visitar la empresa y luego el taller de autos, señor.

Estamos subiendo a mí habitación mientras habla, giro a la derecha y allí en el pasillo la primera puerta está mi habitación. Paso y voy hasta el armario para ponerme uno de mis tantos trajes.

Dejó caer el traje de baño y terminó de secarme por todas partes y me dispongo en buscar unos boxers en una de las gavetas del armario gigante.

—¿Cuando es el evento de mi madre, Francis?–pregunto mientras salgo colocándome una camisa de botones.

—En dos días señor.

—Umm...

Me quedo en silencio unos segundo. Para cuando voy a hablar Francis lanza un periódico encima de la cama, ganando toda mi atención.

—No se en qué estés pesando, pero más vale que deseches aquella idea.–espeta serio.

En el noticiario se lee "Una vez más se ha dado acabó las carreras ilegales", en la portada se encuentra un camaro 2021 color rojo oscuro.

Alzado las cejas con asombro, fingido y le regaló una sonrisa inocente.

—No entiendo porque dices eso, Francis.–espeto mientras me arreglo las mangas.

—Claro, señor. ¿Irá a cenar esta noche en la casa de sus padres?

Contraigo mi cara.

—¿Tengo que ir?–pregunto colocándome el saco.

—Tienen mucho tiempo invitándolo a cenar, cinco veces, para ser exactos, señor.

Hago como que lo pienso pero definitivamente no iré, tengo cosas más importantes que hacer o más bien, en que gastar mi tiempo, y es exactamente lo contrario de cenar con mi familia.

Obsession with danger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora