Obsession with danger.

Capítulo II: La cena.

El sudor corre por mi frente y mis músculos queman, arden, si. Sigo en la misma posición con los brazos hacia los lados y mis piernas se cruzan quedando a la altura de mis dedos con un espacio en medio.

—¡Se quedan en la misma posición!–vocifera con voz enojada.

—Mierda...–susurro entre dientes.

—Ahora... Giren con el pie en puntilla.–dice con suavidad.

Coloco mi pie en revelé y doy algunas vueltas, la profesora lidia hace señas de que nos detengamos y hagamos el otro paso que sería detenernos y quedarnos en tercera posición pero con piernas cruzadas con el talón a la altura de los dedos.

Se detienen las notas del piano y es así como acaba, el señor que ha tocado, se retira y lidia nos indica que calentemos para irnos. Me siento en el suelo cansada, traigo puesto unas mallas color negro con un body del mismo, mis zapatillas de color crema y una falda volada en mi cintura del mismo color.

Pegó mis piernas y me inclinó hacia adelante, cuento hasta diez abro mis piernas y pego el resto de mi cuerpo al suelo, sucesivamente hago otros estiramientos.

Luego de unos treinta y cinco minutos calentando me pongo de pie, me duele horrible la cabeza y los músculos los siento como si agua caliente me tocará la piel, arden demasiado.

El salón queda desierto, sin ningún otro ser vivo. Me coloco mis iPods y coloco angel by the wings de Sia.

Las primeras notas me reciben conmigo haciendo la cuarta posición, consiste en mantener las piernas cruzadas, un brazo elevado a la altura de la cabeza y uno al costado, comienzo a elevar mis talones en revelé doy unas vueltas para inclinar mi espalda hacia atrás con brazos extendidos hacía los lados, vuelvo a la misma posición de antes con los brazos ahora a la altura de mis hombros.

Here they come, oh, Take angel by the wings, Beg her now anything.

Beg her now for one more day, Take angel by the wings, Time to tell her everything.

Ask her for the strenght to stay.

Con una pierna doblo mi pie dejando lo completamente afuera haciendo que todo el peso de mi cuerpo recaiga en el, mi pierna izquierda queda levemente elevada mis brazos hacia a los lados dando ilusión de ser las delicadas alas de un bello cisne.

Doy vueltas en revelé hasta detenerme hacer un Gran jeté y caer con una pierna flexionada y la otra extendida en el suelo y con los brazos a los lados.

Con solo moverme de manera en que lo hago solo siento liberación. Mis articulaciones, músculos, sistema nervioso, todo simplemente se libera de aquella presión que siento cada vez que estoy en el mundo real, acá en mi mundo sólo existe este éxtasis de liberarme cada vez que me plazca.

Termina la canción y solo puedo sentir el sonido de mi corazón acelerarse. Se escucha unas palmas chocando entre y miró alrededor para ver de dónde proviene el sonido, veo como se acerca la profesora lidia con una sonrisa radiante.

Le regaló una sonrisa de labios cerrados, me levanto poco a poco con delicadeza y hago una reverencia ante su presencia. Lidia Mendel es una de las mujeres en el ballet que admiro demasiado, ella creo el paso Mendel, consiste en hacer algunas piruetas, hacer un Gran jeté pero en vez de las piernas extendidas una sola se extiende y la otra es flexionada hacia adentro con brazos extendidos.

Dios, intenté a hacerlo en una de las competencias más importantes de todo Paris y por no pisar bien me resbale dándome un golpe en la cabeza que casi me deja en coma.