ʚLuna de traiciónɞ

☽𝓟𝓻𝓸́𝓵𝓸𝓰𝓸☾

"Ni Dios podrá hundir este Imperio"

—Entonces, ¿tenemos un trato?— el alemán extendió la mano a su contrario, separó los talones del suelo muy sutilmente, su altura lo exigía.

El ruso dudó por unos instantes, sin embargo, terminó estrechando la mano de su, ahora, aliado y compañero. Juntos serían imparables, dominarían a toda Europa. Finalmente tendrían todo lo que deseaban: territorios, riqueza, admiración... poder; el dueto perfecto.

—Confío en ti, Reich—

Sí, para nadie es secreto que no todo en la vida es color de rosa, pero realmente es una mierda que cuando creías que las cosas salían a la perfección todo se desmorone por completo.

¿Saben qué es lo peor de una traición? Que nunca viene de un enemigo.

—¡Eres un traidor, maldito fascista de mierda!— el mayor apuntó a la frente del de menor estatura, el cual se encontraba de rodillas en la nieve.

Los ojos de Reich se cristalizaron muy notablemente, su respiración aceleró, al igual que sus latidos. Ahí acabaría todo para él, para su gente, para todo ese Imperio que le costó sangre, sudor y miles de lágrimas mantener a flote. Definitivamente debió asesinarlo cuando tuvo oportunidad; su padre tenía razón, URSS nunca valió la pena.

Un disparo resonó en el bosque, haciendo que múltiples bandadas de aves emprendieran vuelo.
La nieve bajo su cuerpo adoptó un tono rojizo, mientras la bufanda del ruso ondeaba suavemente con el viento invernal de la atmósfera.

Así cayó el Tercer Imperio Alemán, y con él, la implacable reputación de todos los fascistas del mundo.

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Tras la muerte de Reich, el Eje Fascista se desintegró por completo. Decidieron tomar caminos separados con el objetivo de proteger sus naciones a toda costa, sin importar si esto significaba aceptar la derrota o no.

Los germanos sufrieron la pérdida arduamente, el más prestigioso alemán de todos los tiempos había sido asesinado a sangre fría, ¿y a manos de quién?, a manos de un comunista sin ningún tipo de remordimiento o signo de empatía por un ser humano. Al menos desde su perspectiva.

Los rusos celebraron el acontecimiento a más no poder, con festejos y vodka hasta reventar, especialmente uno de ellos, que se hallaba extremadamente satisfecho.

Y meses después, la guerra acabó.

Al culminar la contienda, eventualmente los countries adoptaron nuevos pasatiempos que no involucraran la destrucción de medio mundo. Trabajos sumamente triviales, o dedicar más tiempo a su hogar y familia.

El soviético rompió lazos con los miembros del bloque de los Aliados luego de esto, ya no los necesitaba, y ellos ya no lo necesitaban a él.
Al igual que los demás, decidió enfocar su vida en un nuevo entorno.

La Bratva.

Se convirtió, sin mucho esfuerzo, en una figura temida y respetada en el bajo mundo criminal, llegando a la cima del eslabón fácilmente. Su conocimiento estratégico y habilidades tácticas, adquiridos durante la Segunda Guerra Mundial le brindaron una ventaja significativa en su ascenso dentro de las filas de este turbio submundo, tornándose en un líder implacable y despiadado, más de lo que antes era, donde solamente unas cuatro cosas eran importantes para él: las mujeres, el sexo, el alcohol y el dinero.

Ganando socios en el proceso, pero sobre todo, enemigos.

Como dicen por ahí, no todo es para siempre, y conociendo la suerte del ruso, tarde o temprano era obvio que algo sucedería.

Y sí, ciertamente, como era de esperar, sucedió.

Todo se desmoronó nuevamente.

608 palabras>>>

Arte utilizado no de mi autoría, créditos a sus respectivos autores.

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Traducciones:
✎Bratva: Término informal que se utiliza para referirse a la mafia rusa.

Nota:
Prólogo corto, pero potente. ¿Qué opinan de la muerte del piraño? 😺☝