Prologo

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Como les explico, bueno creo que desde el comienzo sería lo más lógico, mi nombre de planta es Andrea Michelle Betancourt Ruiz, aunque todos me llaman Andy o Mich (algun idiota también me coloco el apodo de Dory porque suelo olvidar muchas cosas, pero eso es lo de menos), tengo 23 años de edad, por lo que se dice que nací el 17 de febrero de 1996 o eso me contaron mis tutores legales, vivo con mis padres adoptivos en Ciudad de México desde que tengo 3 años; si me preguntan, no me causa problema mencionar que soy adoptada, para mi Esteban y Alejandra son los mejores padres del mundo, desde que llegué a su vida han sido maravillosos, desgraciadamente no pudieron tener hijos porque mi mamá tuvo cáncer de cuello uterino en su adolescencia y le extirparon la matriz para que pudiera sobrevivir; por esto precisamente fue que decidieron adoptarnos a Sebastián cuando tenía 6 años y a mi cuando apenas iba a cumplir 3.

Aunque me parece muy extraño algunas cosas desde hace varios años, mientras que mi hermano logró encontrar su certificado de adopción cuando iba a ingresar a la universidad en la carrera de enfermería, en mi caso me costó demasiado adquirirlo, por más que lo buscamos no di con el bendito papel, según mis padres se perdieron en la mudanza desde Bogotá, porque creo que se me olvido decirles, soy orgullosamente Colombiana.

Pero mejor sigamos narrando un poco más sobre mí, estoy estudiando derecho y diseño de modas en la Universidad Panamericana en CDMX, se perfectamente que mis carreras no combinan en nada, pero crecí viendo y admirando a mi padre como abogado, mientras que como pasatiempo de la mano de mi abuela aprendí a realizar ropa, ella es una gran costurera, la cual hizo que me apasioné el diseño y confección de prendas de manera divertida.

Recuerdo que a mis 9 años era la modista de las muñecas de mis amigas María y Fernanda, además de que convertía en nuevas prendas las camisas de mi papá, obvio las que ya no servían, varias veces terminé castigada por romper su ropa favorita para realizarme diseños únicos para las fiestas de la empresa en donde trabaja mi padre, es encargado de defender a diversos artistas de la industria musical, de esta manera conocí a mi mejor amigo, Pablo Campos Trigos, el hijo del grandioso Kiko Campos; que por cierto me permitió desenvolverme en la carrera que más amo de todas, la música, toco la guitarra gracias al padre de mi mejor amigo, percusión por obsesión de mi abuelo paterno que era uno de los mejores bateristas que he conocido y el banjo por actividad extraescolar en el colegio fifi al que me enviaron, nunca fui muy centrada que digamos en mi niñez, así que prefería escoger el instrumento menos común en mi clase.

Creo que es mucho recorrido por mi infancia, así que prefiero contar que, por ser hija del gran Esteban Betancourt, desde que comencé a estudiar analizo los casos menos complicados de mi padre para tener experiencia, así que ahora que estoy a nada de terminar mi tesis por excelencia académica, me convertí en la mejor opción para viajar a Colombia como asesora legal para una empresa industrial y así lograr por fin sacar mi primer álbum musical aprovechando que me quedaré por un buen tiempo en mi ciudad natal, aunque no tengo idea en donde lo realizaré porque no conozco a nadie; no lo he hecho aquí porque según las creencias de mi familia, dedicarse a la música es una pérdida de tiempo, aunque mi nono Lizandro era uno de los mejores músicos que he escuchado.

Otra razón importante para ir a Bogotá es la gran duda de mi procedencia, quiero averiguar exactamente en donde me adoptaron y así dar con mis padres biológicos, aunque tengo mucho amor de parte de mi familia o por lo menos lo tenia hace poco, creo que como ser humano necesito saber porque soy como soy, de donde vengo y porque se deshicieron de mi como basura. 

Mi otro yo- Morat EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora