15 de marzo 2020
JUAN PABLO VILLAMIL
Bajo las escaleras del hotel una por una, sigo analizando lo que Lau dijo y aunque lo evite, siento un calorcito dentro de mí que me hace pensar que todo mejorará para bien y que la pesadilla de mi mal de amores será llenada por otras cosas, por ejemplo, la música; subo al auto despacio y comienzo a conducir hasta el hospital, ninguno de los dos teléfonos han dejado de sonar, ambos por la desgracia en nuestra vida.
Estaciono con cuidado y camino despacio hacia la entrada, en la sala de espera puedo percibir a los Vargas como orugas abrazados en el sofá, en el quinto sueño, algo que me causa gracia; recorro todo el lugar hasta la cafetería, solicito un par de cafés, un té de frutos rojos y galletas, para poder regresar hasta donde se encuentran mis amigos.
- Par de flojos, despiértense- golpeo sus piernas, pues mis manos están ocupadas- ya abran sus ojos perros, les traje de desayunar.
- Gracias Papo- me dice un despeinado Martín, que me ve más de lo normal- usted no viene despertando, así que esos ojos no están hinchados por dormir... suelte la sopa, que paso?
- Nada, una discusión sin importancia con...- me abstuve de decir su nombre- pero X, como paso la noche Andrea?, despertó?
- Si, Villaco- me dice Moncho terminando de estirarse- por cierto, pregunto por usted, así que mientras se termina el café y nosotros desayunamos, aproveche para ir a ver a su princesa, vea que no estoy siendo hermano celoso.
Me rio por sus palabras, pero realmente tomo lo que dice en serio, pasándome la bebida de un solo sorbo, camino hacia la habitación, no sin antes pedirle permiso a la enfermera de planta que me deje ingresar; abro la puerta con delicadeza para no despertarla, sin embargo, ella está terminando de comer su desayuno.
- Buenos días, mi gatito comelón- le digo acercándome hasta la cama- como te sientes?
- Mejor que ayer, gracias- hace el plato hacia un lado- perdóname por asustarte, ya los Vargas me contaron un poco lo que sucedió para que este aquí.
- De nada... oye, tienes que acabarte tu plato- la regaño mientras hace puchero y una cara de asco- nada de eso, es fruta Michi, no es nada del otro mundo, a ver abre la boca.
Se ríe esquivando el tenedor con la fruta, así que con delicadeza tomo su rostro y coloco el utensilio pegado a sus labios, pero es inútil que me haga caso, solo quita mi mano de donde está, toma el vaso con agua y lo acerca a su boca.
- No soy una nenita de tres años, para que me des de comer- me fulmina con la mirada- además no es como que me guste el melón.
- Niña caprichosa- la hago reír, pero su celular vibra de nuevo en mi bolsillo- por cierto, traje tu teléfono que no deja de sonar- se lo entrego- que vas a hacer con esa invitación?... leí por encima pensando que podría ser alguna emergencia.
- No quiero ir- sus ojitos se cristalizan- no podría verla vestida de blanco, con su pancita de embarazo y jurándole amor eterno a mi hermano, cuando hace meses me decía que me amaba- tapa su rostro- simplemente no puedo.
- Yo voy a apoyarte en lo que decidas, al final dijimos que superaríamos esto juntos- la obligo a verme- pero no dejes que te vean mal, ni mucho menos humillada y escondiéndote, ellos fueron los que fallaron, no tú.
- Crees que deba ir?- levanto los hombros porque en su lugar no lo haría, ya lloré demasiado en los brazos de mi madre por una simple llamada- me acompañarías si se me ocurre asistir?- asiento despacio- solo que necesito que dejes de llorar, recuerda lo que acabas de decirme, fueron ellos los que fallaron.

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Mi otro yo- Morat
FanfictionUna tragedia en la vida de los Vargas, un par de infidelidades y varias peleas por parte de los protagonistas, traerán capítulos llenos de nostalgia, risas y hasta enojos. Te invito a leerla y disfrutar de la historia detrás de este nuevo Fanfic.