Sora manipulaba los controles de la nave con habilidad nata, aunque internamente las dudas sobre su misión no lo abandonaban.
De pronto, un destello en la lejanía captó su atención. Al enfocar su vista, descubrió el resplandor de un mundo desconocido.
—¿Ese es...? —musitó esperanzado.
Aceleró el motor lo más que pudo. Al aproximarse, quedó prendado del inmenso océano con islas y un brillante sol. La emoción se apoderó de él.
—¡El Caribe! —exclamó maravillado. Sabía que en esos mundos siempre había misterios por descubrir.
Aterrizó con suavidad en una pequeña playa desierta. Al bajar, admiró el paisaje de ensueño. Una isla solitaria se alzaba en el horizonte. Su corazón dio un vuelco.
—Tengo un presentimiento— dijo a Donald y Goofy, quienes asintieron apoyándolo.
Emprendieron el camino decididos a explorar. Esperaba que sus instintos no lo engañaran y hallar allí una nueva pista. Por Natalia, valía la pena intentarlo.
Sora examinó con atención la pequeña playa. Era evidente que necesitaban un medio para adentrarse en el mar.
—Busquemos materiales, crearemos un barco improvisado —les indicó a sus amigos.
Recorrieron la costa recolectando cañas, ramas, cuerdas y hojas. Con sus hábiles manos fueron conformando una embarcación rudimentaria pero resistente.
Una vez lista, la arrastraron hacia la orilla. Sora acarició orgulloso su creación, las ansias de aventura lo embargaban.
—Bien Donald, tú tomarás las riendas. Yo iré detrás por si es necesario remar — indicó sonriente.
El pato asintió aunque no muy seguro. Ayudados por la marea se adentraron en el vasto océano. La brisa salada revolvía sus cabellos mientras divisaban el horizonte.
—A todo vapor hacia la isla —exclamó Sora emocionado. Estaban un paso más cerca de hallar la pieza faltante.
Su intuición le dictaba que allí ocurriría algo significativo. Sólo debía confiar en su instinto y las fuerzas de la naturaleza que los impulsaban.
Llevaban varios días navegando, el cansancio comenzaba a hacer mella en ellos. Sora se hallaba recostado bajo la nítida luz del sol, cuando algo captó su atención en el horizonte.
Frotó sus ojos descreyendo lo que veía. Un enorme barco de velas negras se recortaba majestuoso entre la bruma.
—No puede ser... —musitó incorporándose de golpe.
Donald y Goofy se voltearon hacia donde señalaba. Sora esbozó una gran sonrisa al reconocer aquella emblemática nave pirata.
—¡El Perla Negra! ¡Jack Sparrow! —exclamó entusiasmado.
Corría la suerte de encontrarse con un viejo amigo en esa inmensidad líquida. Tal vez él podría guiarlos en su búsqueda.
Dirigió vigorosas palmoteadas y gritos hacia la tripulación. Su emoción crecía a cada minuto que se acortaba la distancia entre ambas embarcaciones.
Solo esperaba que Jack recordara su anterior aventura y su amistad. Quién sabía, a lo mejor incluso él poseía información útil.
Sora no dejaba de agitar los brazos y gritar para llamar la atención. De pronto, una cabellera enmarañada se asomó por la borda.
Un familiar rostro barbudo se asomó, examinándolos con atención. Sora sonrió ampliamente al reconocer a su amigo.
—¡Jack! —gritó a toda voz.
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Open Water
Fanfiction🌊 | Sora junto a Donald y Goofy tienen una aventura: encontrar los 6 fragmentos del corazón de Natalia en diferentes mundos. 🌊Ship principal: Sora x Natalia (Selfshipping). 🌊Dibujo hecho por j.v_draws en Instagram. 24/02/2024 16/03/2024