Natalia aguardó ansiosa la reacción de Naminé, mordiéndose el labio. Sabía lo riesgoso de admitir su afecto por un forajido.
Para su sorpresa, la princesa soltó una risita cristalina—. Un pirata, vaya! Debe ser todo un personaje.
—Lo es... —suspiró ella con nostalgia—. Su nombre es Sora. Le salve la vida y desde entonces me enamoré.
—Entiendo esos amores difíciles —asintió Naminé con dulzura—. Tu historia me parece muy romántica.
Al ver su sincera sonrisa, Natalia se animó a confiarle el resto excepto su verdadero origen.
Para su alivio, Naminé no juzgó ni se escandalizó—. Te ayudaré a encontrarlo antes que se agote el tiempo —prometió.
Natalia sintió que podía respirar tranquila por fin. Con la princesa de su lado, todo lucía posible.
—Ven, acompáñame. No tengo mucho tiempo, pronto deberé estar con el príncipe —empezó a caminar seguida por Natalia.
Mientras ambas chicas caminaban, Natalia lo miró curiosa.
—¿A dónde me llevas? —preguntó.
—Te llevaré a la parte trasera del palacio, ahí hay una mejor salida. —comentó Naminé.
Cuando llegaron a la parte trasera del palacio, Naminé abrió la puerta con habilidad.
—Listo, ya puedes salir. No te preocupes por Roxas, yo le diré una excusa —tranquilizó Naminé—. Suerte en buscar a tu amado.
—Gracias, fue un gusto en conocerte.
Natalia le sonrío agradecida haciendo una reverencia para despedirse y salió apresurada de ahí.
Ella apresuró el paso por el sendero con determinación. Pronto la falda del vestido comenzó a estorbarle.
Con cuidado, fue levantándola ligeramente para mayor movilidad. Así lograba correr más ligera entre las sombras del atardecer.
El sol se escondía en el horizonte cuando diviso las primeras casas de la aldea. Las callecitas se iban iluminando con faroles de aceite.
Con el corazón latiendo aprisa, Natalia entró en la plaza principal. Varios pueblerinos aún paseaban entre puestos de comida.
Recorría cada rincón con la mirada, esperando hallar una señal. Rogaba que el tiempo no se agotara antes de reencontrarse con su amado pirata.
Y si el destino lo quería, que sus caminos volvieran a cruzarse antes que cayera la noche. Solo así su misión tendría un final feliz.
De pronto, visualizo a lo lejos el muelle con varios barcos. ¡Ahí podría estar Sora!
Aumentó más el andar hasta llegar a su destino, cuando llegó, buscó con la mirada el barco pirata que ella pensaba que Sora estaba embarcado...
Hasta que, levantó la mirada y miró uno que se estaba alejando lentamente.
—Ay no... ¡ESPERA! —gritó Natalia desesperada, agitando los brazos hacia el barco que se alejaba.
Reconoció su perfil oscuro bajo la luz de la luna menguante. Era la nave de su amado pirata sin duda.
Sus ojos se anegaron en lágrimas al verlo avanzar sin detenerse. Dio media vuelta buscando algo, cualquier cosa, para hacerse notar.
Divisó un bote pequeño amarrado cerca. Sin pensarlo dos veces subió y desató las cuerdas con manos temblorosas.
Empuñó los remos con fuerza, luchando contra la marea saliente. Su corazón gritaba un clamor desesperado:
ESTÁS LEYENDO
Open Water
Fanfiction🌊 | Sora junto a Donald y Goofy tienen una aventura: encontrar los 6 fragmentos del corazón de Natalia en diferentes mundos. 🌊Ship principal: Sora x Natalia (Selfshipping). 🌊Dibujo hecho por j.v_draws en Instagram. 24/02/2024 16/03/2024