Arcade

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Entre en un árcade, no busque compañía, tampoco una amiga, solo buscaba desatar de mi mente los mudos de ideas que me atoraban la garganta. Encontré tu juego y probé suerte conociendo tus niveles comiéndome la cabeza por resolver cada uno buscando salvar a aquella protagonista que se ahogaba en un mar sacado de pesadillas, cuando no me dieron los pies me arrodille para seguir con la partida, pero me anclaste en un nivel del cual no pude salir, cuando me quise resistir a rendirme voltee viendo a alguien desbloqueando mas niveles de los que yo jamás podría, todo un jugador comparándose con la novata, supe que esa batalla final la perdía, luche contra la soledad de tu juego que ahora solo yo jugaba, moviendo palancas, apretando botones para poder volver a la vida a la protagonista que conocí , pero uno debe a aprender a perder, asi como debí aprender a perderte tras las elecciones que un juego nos arrebato, en fin quererte fue un juego perdido, al igual que como esta hoy mi corazon. 

Poesias adolecentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora