Capítulo 9

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Salgo a toda prisa del salón, no soy capaz de concebir la idea de que todo esto fue orquestado por quien se supone que es la víctima. La teoría de Chewym se sostenía por su cuenta, fija a la tierra y real como un roca, y no tenía idea de cómo es que no pude haber sospechado de él en un primer momento... Estuve demasiado cegada creyendo que él necesitaba ayuda, cuando quienes realmente la necesitaban eran su madre y su padrastro. ¿Acaso su verdadero padre tendría que ver en esto también? Ahora cobraban sentido las palabras de Handres, por eso sospechaba de él cuando le pregunté.

Un plan así era perfecto, dos personas trabajando en complicidad para deshacerse de quienes impedían hacer uso de ese dinero. Chewym me estaba replanteando todo lo que creía conocer. La prensa estaba en busca de un rostro responsable y la policía de un sujeto a quien culpar para que la gente se quedase tranquilas en sus casas. Presiento que la tranquilidad ya no forma parte de este lugar.

—¡Celes! —me grita llegando desde el otro lado del pasillo—. ¿Qué haces aquí? ¿Aún no ha llegado el profesor?

Lo que me dijo Chewym sobre Nycholas seguía dando vueltas y no soy capaz de medirme.

—¿Tú lo sabías? —pregunto.

Handres me ve extrañado.

—¿De la tardanza del profesor Bewmann? Sí, debí advertirte. El profesor Bewmann siempre ha tenido problemas con su auto...

—De la póliza de seguro de la madre de Nycholas.

—¿Qué póliza?

Las pupilas de sus ojos se dilatan, y se encienden las alarmas cuando recibe información de que no conocía.

—La que dejó, antes de morir, a Nycholas, ¿no crees que él pudo...?

—¡No! —me corta—. Ni hablar, él no sería capaz.

—¿Y dónde está ahora? Solo piénsalo. ¿Cómo sabemos tú y yo que no está cobrando esa póliza? ¿O que no fue él?

—¡Lo conozco desde los cinco! —pierde el control—. Y sé que nunca le hubiera hecho algo así a Anne o Marcus.

—¿Y su padre? Tú dijiste...

—¡Lo dije porque necesitaba encontrar un culpable! Él los abandonó en el séptimo cumpleaños de Nycholas y desde entonces ha estado con su madre. En ese momento no se me ocurrió otro a quién responsabilizar, estaba enojado por lo qué pasó... Nycholas nunca la traicionaría, ni a nadie.

Sus palabras me inquietan. Pero veo dentro de sus ojos que la confianza que depositó en él se quebró, porque él tampoco sabía nada.

—¿Quién te dijo esa basura?

—Lo escuché de algunos chicos —encubro a Chewym para evitar un enfrentamiento entre él y un Handres fuera de control—. Es un rumor.

—Pues están equivocados... —camina enojado hacia la salida, pasando por el vacío escritorio de Ruddy—. ¿Vas a venir?

—¿A dónde? —digo, yendo con él.

—A aclarar lo que sea que sea esto.

𑁍

—¿Estás seguro de que está aquí?

Tomamos el autobús, y nos detuvimos en la última parada: "Hathimop", no habremos tardado más de veinte minutos en recorrer lo poco que quedaba del pueblo. Bajamos cuando el conductor avisó que este era el final del camino y nos preguntó tres veces si este era nuestro destino, y luego de que Handres le respondiera afirmativamente las tres veces, fuimos capaces de irnos. Adentrarnos y tomar un angosto camino entre la hierba para llegar a los frondosos y verdes árboles del bosque, era la punta del iceberg del recorrido. Tuvimos que caminar en línea recta en cuanto dejamos la parada de autobús.

MY DARK LIGHT©  #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora