Ya lo saben

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La puerta de mi habitación se abrió de golpe, me levanté sobresaltado y de malhumor, sin embargo estoy seguro que la persona frente a mi está de mucho más mal humor que yo, me doy cuenta de eso por su ceño fruncido y su rostro colorado.

-¿Qué pasa Marcus? -Me puse de pie intentando igualar su altura.

-¿Cuando pensabas decirnos? -Preguntó.

-¿Decirles qué? -Fruncí mi ceño confundido.

Suspiro llevando su mano a su sien, camino hasta la puerta para cerrarla y quedarse apoyado sobre ella, dio un par de golpes suaves que descargaban frustración y luego volvió a encararme.

-¿De que se trata la lista? -Sentí una gota de sudor helada recorrer mi frente.

Guarde silencio dejando en evidencia mi creciente nerviosismo, no esperaba que me tomara con la guardia baja y en mi momento de descanso, momento donde más vulnerable estoy, pensé en mil y un posibles respuestas que no fueran a dejar en evidencia algunos de mis planes.

Suspiré antes de contestar.

-Marcus -Hice una pausa para pasar saliva a mi garganta seca -Cuando hicimos la lista para las sobrevivientes no tuvimos en cuenta sus antecedentes, eso quiere decir que entre nosotros hay criminales -Me interrumpió.

-¡Son personas! -Grito enfurecido -Ezra, ¿Qué diablos está pasando por tu cabeza? -Picoteo mi pecho, sentí mi cuerpo arder en furia al sentirme desafiado de esta manera.

-¡¿Estás defendiendo a violadores, sicarios y pedófilos?! -Ésta vez fui yo quien picoteo su pecho y levantó la voz -¿Qué está mal contigo? ¿Pretendes que deje a las mujeres y niños de este bunker vulnerables frente a esas personas nefastas? -Parpadeo varias veces quizás dándose cuenta de la gravedad del asunto -No se tu Marcus, pero yo no pretendo poner en riesgo a las personas más vulnerables de este lugar, puedo ser sin sentimientos como ustedes me hacen parecer, sin embargo tengo sentido común -Cambie hasta la puerta para abrirla -Malia cuando todo esté más calmado terminamos esta conversación, ahora vuelve a tu dormitorio y no le digas nada a Emiliano, luego lo haremos juntos -Hice énfasis en la ultima palabra.

Despeine mi cabello una vez Marcus cerró la puerta, lance al suelo algunos papeles que habían en mi mesita de noche, lo único en lo que puedo pensar en este momento es en ¿Quién diablos le dijo a Marcus? Dudo que haya sido Joseph, pudo haber sido alguno de sus hombres.

Me preocupa que el rumor se esparza por todo el búnker, y no me preocupa por Marcus, me preocupa por la persona que le hizo saber a él, mire la hora en mi reloj, son casi las cuatro de la mañana, suspire sabiendo que ya ni voy a poder dormir más, decidí iniciar mi mañana.

Entre al pequeño baño en mi cuarto, me despoje de cada una de mis prendas quedando completamente desnudo y decepcionado con la vista en el espejo; han sido días donde no he tenido una buena alimentación, seguramente he bajado unos diez kilos lo que significa la perdida de los pocos musculos que en algún momento gane con esfuerzo, ahora solo quedan mis costillas marcadas. Tome una ducha rápida para así continuar con mi mañana.

Camine por los pasillos directos a la habitación de Joseph, tenemos que hablar del soplón y necesito que investigue a sus hombres y encuentre a esta persona.

Toque un par de veces la puerta frente a mi, Joseph la abrió al segundo toque él al igual que yo ya había iniciado su día, cosas de ex soldados supongo.

-Ezra -Saludó invitándome a pasar.

-Joseph, tenemos un problema -Le informe recostándome sobre la pared de un costado -Hay alguien que probablemente esta difundiendo información sobre la lista -Joseph pareció meditar algo -Por lo que veo ya tienes a un posible sospechoso en mente -Asintió sin dirigirme la mirada.

Exterminio: The BunkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora