Venganza

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Les recomiendo leer este capítulo con la canción del video.



-Coronel, ¿Está seguro de esto? -Preguntó a mi espalda -¿No es muy pronto como para ejecutar una maniobra como esa? -Su voz parece nerviosa.

-¿Quien manda aquí, tú o yo? -Le di una rápida mirada solo para ver cómo agachaba su cabeza.

-Usted, señor.

-Entonces ¿Qué esperas para cumplir mis órdenes? -Levante mi cabeza y no me moleste en siquiera volver a pasar mi mirada por su feo rostro.

-De inmediato -Escuché sus pasos perderse en el eco de los pasillos vacios.

Seguí mi camino a los comedores, alguien tendría que dar la lamentable noticia y ese alguien soy yo; en mi rostro puedo poner la mueca más lamentable y lastimera que alguien haya podido ver en sus vidas, pero en mi cabeza solo disfruto de saber cómo van a ser sus rostros contraídos en la desesperación, esto va a ser como un simple juego para mí y todos ellos van a ser mis peones.

Entre al comedor y todos quedaron en silencio, subí a una de las mesas con mis dos amigos a mi espalda, no están muy de acuerdo con esto; ellos jamás serían como yo por más razones que tengan de hacer este tipo de cosas nunca la harían, su moral está muy por encima de la mía.

-Buenos días -Empecé, suaves susurros se escucharon por aquí y allá, sin embargo decidí no darles importancia -Tenemos lamentables noticias, esta mañana -Apoye mi mano sobre mi pecho y vaya que sirvo para ser actor, una lágrima empezó a rodar por mis mejillas, Joseph llegó a un lado mío -Según el inventario semanal de nuestros víveres nos estamos quedando sin nada -Suspiros ahogados se escucharon, los cuchicheos no se hicieron de esperar -Es doloroso para mí tener que decirles que nos queda una semana de suministros -Gritos enojados, personas llorando, otros perdiendo sus respiraciones; lo disfruté, disfrute de ver a ese grupo en específico sufrir y llorar -Pero no se preocupen -Levante mi voz y mis brazos llamando la atención de todos -Hay una solución -Él comedor quedó en silencio -Por favor, Joseph dinos tus planes y ayuda a que nuestros queridos sobrevivientes no se sientan aterrados y agobiados -Tome de las manos a mi cómplice viendo con falsa suplica sus ojos.

Joseph, un ex marine que conocí hace un par de años antes de que el exterminio sucediera, un hombre con ideales un poco extremos, alguien leal a lo que piensa y desea, alguien capaz de seguir órdenes siempre, y siempre cumple con sus expectativas; ambos estamos en esto y en el momento en que le comenté todo lo que realmente sucedía nunca dudo en brindarme una mano y un par de ideas realmente útiles e interesantes.

-Queremos sobrevivir, queremos mantenernos en pie hasta que podamos respirar el aire puro de la superficie, ¿Estamos todos de acuerdo? -Todos contestaron con una afirmación -Hay un par de cosas que podemos hacer por un corto periodo de tiempo, en aproximadamente un mes un grupo selecto de personas que Marcus y yo nos encargaremos de entrenar, van a poder salir al exterior a buscar más víveres y volveremos a nuestra rutina habitual -Caminaba de un lado a otro sobre la larga mesa, sus manos atrás en su espalda baja y su postura imponente mantenía a la muchedumbre callada, me sentí extasiado -De las 600 personas que hay en este búnker hay trescientas que han cometido crímenes ¡imperdonables! -Su exclamación sobresalto a más de uno -Aquí están sus nombres -Varios papeles empezaron a caer sobre las personas, todos parecían estupefactos ante lo que estaba ocurriendo -Traiganme sus cabezas y tendrán más tiempo de vida en este lugar y sobretodo ¡TENDRAN QUE COMER! -Una sonrisa ladina se dibujó en mi rostro, el pánico entro en la sala, Joseph y yo salimos del lugar sin mirar atrás o parar a escuchar al resto de personas.

-Ezra -Emiliano tomo mi antebrazo y me desvió de mi camino.

-¿Qué sucede? -Pregunté molesto.

-Cállate y camina -Está enojado, muy enojado y lo puedo confirmar con el rostro preocupado de Marcus a su espalda.

Exterminio: The BunkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora