No eres Dios

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⚠️WARNING⚠️

Este capítulo contiene escenas de violencia muy descriptivas, leer bajo su propia responsabilidad.






-Marcus -Se asomo antes de cerrar la puerta -Deja a Natasha para el final, hazle creer que no le haremos nada -Pase saliva antes de continuar -Tengo algo planeado para ella -Asintió antes de cerrar por completo la puerta.

(...)


La hora muerta, ese es el nombre que le di al momento donde todos tienen la libertad de buscar a los criminales de las listas, aparentemente sus cerebros si saben trabajar porque lograron esconderse muy bien en un lugar limitado de espacios como este.

Carraspeé mi garganta antes que mi voz suene por los parlantes -Afortunados sobrevivientes, la hora muerta empieza en este momento, porfavor recuerden que se considera delito lastimar a personas que estén fuera de la lista criminal, absténganse de lastimar solo por diversión -Di un rápido vistazo a mi guión -Recuerden que la persona con más cabezas criminales tendrá más suministros para si mismo y a las personas que quiera beneficiar -Suspiré, el dolor de cabeza me está matando -A las ratas criminales escondidas solo recuerden que todos y cada uno de ustedes va a recibir su merecido castigo, suerte a quienes la necesitan, y de todo corazon espero y no descansen en paz -El micrófono se apago y mi oficina quedo en silencio.

Suspiré una vez más, el techo blanco hace que mi vista se desenfoque, algo llamó mi atención, el silencio que hay en el ambiente no es normal se siente como si fuera el anuncio de algo malo llegando, mire a mi alrededor, los vellos de mi nuca se erizaron y de repente empecé a sentirme observado, con sigilo pase mi mano bajo mi escritorio.

Tanto Joseph cómo yo sabíamos que algo así podría suceder, con cuidado de no hacer ningún ruido innecesario tome la navaja que hace un par de días atrás escondí en ese lugar; recosté mi espalda sobre el respaldo de mi silla esperando a lo que sea que se esté acercando.

-Seas quien seas no vas a poder conmigo -Susurré lo suficientemente alto como para ser escuchado por cualquier persona en mi oficina, un suspiro tembloroso se escucho a un costado de mi librero vacío -Sal y quizás te deje vivir -Jugue con la navaja en mis manos.

-¿Quién te crees que eres? -Una temblorosa voz femenina hizo eco.

-¿Tengo que creer que soy alguien para matarte? -Gire mi rostro en dirección al sonido de la voz, detrás del librero hay un ducto de ventilación, ¡Bingo!, una ligera sonrisa se dibujó en mi rostro -¿Te da miedo salir? -Pregunté riéndome un poco.

-¿Miedo? -Su voz dejo de ser temblorosa -Jamas tendría miedo de un imbécil charlatán como tú -Varios golpes retumbaron dentro del ducto.

Me puse de rodillas frente al librero, mirando a la nada intentando buscar alguna figura en la oscuridad que había en ese lugar, la situación es absurda, en cualquier momento va a salir pero aun así me aburre esperar; sin poner algún tipo de esfuerzo moví el librero dejando el camino libre.

-Entonces ven -Logre hacer contacto visual, sus ojos negros como la oscuridad del lugar donde está escondida me mostraron la rabia que contiene su portadora, reí nuevamente -Me aburre esperar, no seas cobarde y ven -Volví a mi silla, relaje mi espalda y mi mirada se mantuvo viendo la oscuridad del ducto.

La rejilla cayó haciendo un molesto eco, creí que tardaría más en dejar de ser una cobarde; de la oscuridad salió una de las mujeres más hermosas que he visto en mi vida, sus ojos negros se mezclan perfectamente con su cabello y piel pálida.

-Me gusta esa mirada -Camine hasta quedar frente a su rostro, tome su barbilla entre mis dedos viendo cómo su bello rostro se contrae en ira -Eres atractiva y lo sabes -Sonreí.

Exterminio: The BunkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora