Escena Extra I.

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Dione.

Miraba divertida como los Cullen le daban consejos a Bella para parecer humana, al parecer una cosa había llegado a la otra y Seth le contó en secreto de los Quileutes a Charlie, bueno, mas bien le mostró el secreto.

Alice le había conseguido unos lentes de contacto a Bella, no es como que sus ojos hubieran cambiado mucho, pero Charlie al conocerla tan bien sin duda alguna notaría el cambio.

—¿Cuánto tiempo tengo?

—Charlie llegará aquí en unos cinco minutos. No lo compliques.

Esme asintió una sola vez y le cogió de las manos.

—Lo más importante es no quedarse demasiado quieto o moverse demasiado deprisa —le dijo.

—Siéntate cuando él lo haga —intervino Emmett —A los humanos no les gusta estar de pie.

—Deja que tus ojos vaguen de un lado para otro cada treinta segundos más o menos —añadió Jasper —Los humanos no se quedan mirando fijamente las cosas durante mucho rato.

—Cruza las piernas durante cinco minutos y luego cambia a los tobillos durante otros cinco —comentó Rosalie.

Quería decirles algo, pero preferí mantenerme callada, ya ellos se darían cuenta más tarde.

Bella asentía a cada una de las sugerencias que le hicieron. Estaba pensando en que podía imitar sus movimientos, olvidando por completo que estos le salían naturales, quería darle un golpe en la cabeza para ver si reaccionaba, pero mejor la deje.

—Y pestañea por lo menos tres veces por minuto —aconsejó Emmett, frunció el ceño, y después salió disparado a donde estaba la televisión por satélite en el extremo de la mesa. La encendió, conectó el canal de un partido de fútbol universitario y asintió para sí mismo.

—Mueve las manos también. Apártate el pelo de la cara o haz como si te estuvieras rascando algo —aportó Jasper a su vez.

Alice se quejó cuando regresó.

—La vais a agobiar entre todos.

—No, creo que me he quedado con todo —asintió —Sentarme, mirar alrededor, pestañear, removerme de vez en cuando.

—Muy bien —aprobó Esme y le apretó los hombros.

Jasper puso mala cara.

—Debes contener el aliento tanto como sea posible, pero mover un poco los hombros para que parezca que estás respirando.

Inhalé una vez más, y después asentí de nuevo.

Edward me abrazó por el costado que tenía libre.

—Puedes hacerlo —le repitió, murmurándole palabras de ánimo al oído —Dos minutos —anunció Alice —Quizá deberías echarte en el sofá. Después de todo has estado enferma. De ese modo él no tendrá que ver desde el principio si te mueves bien o no.

Alice la empujó hacia el sofá. sinceramente mientras caminaba hacia él parecía un jodido zombie tratando de que su cuerpo pareciera flojo y torpe, apreté mis labios para evitar sonreír, Jasper me miró de reojo con ojos divertidos sintiendo mis emociones.

—Seth, necesito a Renesmee —le dijo. 

El cachorro el cual se encontraba distraído de todo jugando con la pequeña hizo puchero.

Seth suspiró triste, pero aun así le entregó a Renesmee a su madre.

Edward tomó asiento a su lado y pasó sus brazos alrededor de ambas. Se inclinó hacia delante y miró a Renesmee muy seriamente a los ojos.

—Renesmee, va a venir alguien especial a verte, a ti y a tu madre —dijo con una voz muy solemne, como si esperara que ella entendiera palabra por palabra. Ella le devolvió la mirada con sus ojos claros y graves —Pero él no es como nosotros, ni siquiera como Seth. Has de tener mucho cuidado con él. No le digas cosas de la manera en que nos las dices a nosotros.

Renesmee le tocó la cara.

—Exactamente —dijo él —Y va a hacer que sientas mucha sed, pero no debes morder. No se cura como Seth.

—¿Te ha entendido? —susurro Bella.

—Claro que me entiende. Tendrás cuidado, ¿verdad, Renesmee? ¿Nos ayudarás?

La niña le tocó de nuevo.

—No, no me preocupa que muerdas a Seth o Dione —me miró de reojo —Eso me parece estupendo.

Me reí entre dientes.

Imbécil.

Justo cuando se escuchó la camioneta estacionarse a Edward se le ocurrió darle un beso a Bella como apoyo, no funcionó, ya que casi se descontrola la cosa, casi tuve arcadas por los pensamientos de Bella.

Jacob el cúal había estado a mi lado todo el tiempo me atrajo mas a el y como siempre puso su mano en mi vientre lo cual ultimamente solo me provocaba un revoltijo extraño... como anhelando algo.

Toc, toc, toc.

Carlisle salió a la puerta. Su expresión tensa se cambió a una de bienvenida, como

si hubiera cambiado la televisión de canal.

—Hola, Charlie —dijo, aparentando estar avergonzado de forma apropiada.

—Carlisle —le saludó Charlie con rigidez —¿Dónde está Bella?

—Estoy aquí, papá.

Hablo calmadamente, ven, le sale natural.

Varias emociones pasaron por el rostro de Charlie después de ver a Bella, pero había una que prevalecía, resignación.

—¿Bella? —preguntó.

—Soy yo, de verdad.

Sus mandíbulas se encajaron.

—Lo siento, papá —añadió.

—¿Estás bien? —le preguntó en tono exigente.

—Pues más que bien, en serio —le prometí —Sana coma un buey.

Charlie suspiró mientras se rascaba la nuca, volteo un poco y sus ojos dieron conmigo, le sonreí y sin poder evitarlo él también lo hizo, asentí dándole a entender lo que necesitaba. volvió su vista a Bella y soltó las palabras que se que nadie a parte de mi se esperaban.

—Sé que eres un vampiro Bella —todo se quedó en un profundo silencio.

—¿De qué hablas, papá? —intentó hacerse la tonta.

Charlie tenía una diminuta sonrisa en los labios.

—Se perfectamente que los Cullen son vampiros y que los miembros de la tribu son metamorfos desde hace años Bella, desde antes que tú, Dione o incluso Jacob estuvieran en nuestros planes.

—¡EH! —La exclamación por parte de todos me hizo reír haciendo que todos me miraran solo unos segundos para después volver su vista a Charlie.

—Conozco a los padres de Dione desde que era muy joven, era claro que un dia se me haría extraño que por más que pasaban los años cada vez que volvían a visitarnos siempre tenían la misma apariencia, siempre lo sospeche y ni hablar de Billy cuando era joven solía soltar cosas sin darse cuenta. Mis sospechas solo se confirmaron después de que Cian y Kaira decidieron contarme la verdad y previamente Billy también soltó la sopa —Explicó Charlie.

—Tu lo sabias ¿no? —murmuró Jacob en apenas un susurro.

—Por supuesto, por qué crees que a pesar de muchas cosas Charlie me daba tanta libertad, él confía en que puedo cuidarme por mi misma.

HYBRID IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora