Capítulo 2.

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Dione.

Habían pasado algunos días desde el "encuentro" con Irina. Bella, Carlisle y Edward no fueron capaces de interceptarla antes de que su rastro desapareciera en el estrecho. Nadaron hasta el otro lado para ver si se había marchado en línea recta, pero no había ninguna pista suya en kilómetros fuera cual fuese la dirección que se tomara en la playa que daba al este.

Carlisle había llamado a Tanya con aquellas noticias tan decepcionantes. Tanya y Kate no la habían visto desde que vinieron a la boda y estaban consternadas porque hubiera llegado tan cerca sin volver a casa, para ellas no era fácil haber perdido a su hermana, por muy temporal que fuera la separación.

Bella solía preguntarse si esto les traería dolorosos recuerdos de cuando habían perdido a su madre hacía ya tantos siglos.

Alice pudo captar algunos atisbos del inmediato futuro de Irina, aunque nada demasiado concreto.

No iba a regresar a Denali, y eso era todo lo que Alice podría decir. La imagen se mostraba nebulosa, había podido entrever era que Irina estaba visiblemente alterada y que vagaba con una expresión devastada en el rostro por tierras salvajes barridas por la nieve... ¿Hacia el norte?, ¿al este...? No había tomado ninguna decisión definida sobre qué hacer más allá de este vagabundeo entristecido y sin dirección precisa.

Todos habíamos llegado a la conclusión de que solo necesitaba tiempo para ella misma, intentamos asegurarnos a nosotros mismos que todo estaría bien, que no ocurriría nada malo.

Pero, qué era ese sentimiento que me calaba los huesos.

Bella también lo sentía, solía quedarse mirando a Renesmee preocupada mientras la pequeña dormía.

Salí de mis pensamientos cuando escuché el susurro del aire al rozar el cristal y mis ojos se elevaron a tiempo de ver cómo el florero que Alice había tenido en sus manos solo algunos segundos atrás se destrozaba contra el suelo de mármol de la cocina en muchos fragmentos.

Levante mi mirada sorprendida sintiendo los brazos de Jacob tensarse a mi alrededor, ambos dirigimos nuestra mirada a Alice, ella se volvió para enfrentarse a nosotros, con un movimiento tan rápido que de haber sido humanos no lo habríamos notado.

Sus ojos estaban en parte aquí y en parte perdidos en el futuro, dilatados, fijos, llenando de tal modo su rostro delgado que parecía que se le iban a salir, era la primera vez que veía esa expresión en su rostro el terror, la desesperación y la agonía de aquella mirada, ni siquiera cuando Edward iba a entregarse a los Vulturis había visto su rostro así.

Escuchamos jadear a Edward, un sonido roto, medio ahogado.

Mi cuerpo entero tembló.

Malas noticias.

—¿Qué? —la voz de Fred rompió el sepulcral silencio en el que nos habíamos sumido.

Jasper alto a su lado en un movimiento borroso por su rapidez, aplastando los cristales rotos bajo sus pies, la agarró de los hombros y la sacudió tratando de sacarla del trance, ella parecía balancearse en silencio entre sus manos

—¿Qué es, Alice? —preguntó Jasper preocupado.

Emmett y Diego se movieron en mi visión periférica, con los dientes al descubierto mientras sus ojos se precipitaron hacia la ventana anticipando un ataque. No hubo más que silencio procedente de Bella, Esme, Carlisle, Rose y Bree, que se quedaron completamente paralizados, al igual que Jacob y yo.

Jasper sacudió de nuevo a Alice.

—¿Qué pasa?

—Vienen a por nosotros —susurraron Alice y Edward a la vez, sincronizados a la perfección —Y acuden todos.

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⏰ Última actualización: Jul 06 ⏰

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