Capítulo 14: Noche de Reyes

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14:30 de La tarde, 5 de Enero
Estaba en la peluquería esperando a que me tocase para que me hicieran el peinado de la cabalgata. Era un semirrecogido al lado con tirabuzones y en la cabeza, un tocado con forma de sombrero con una pluma de color cames y dorado. El vestido era largo, de época compañero al tocado y llevaría una cesta dorada.
Había dos mujeres sentadas a las cuales las estaban peinando. Eran mujeres mayores y una de ellas había sido profesora de mi madre. Otra, amiga de la tía de mi madre. En este pueblo, mi pueblo, todo el mundo se conocía.
En lo que se estaban peinando, yo estaba hablando por WhatsApp con Marcos comentando como unir a Carlos y a Miranda. Ellos dos se querían o al menos eso se suponía pero ninguno daba el paso. Nosotros dos bromeabamos diciendo que seríamos los padrinos y tal y cual.
Yo estaba un poco ofuscada porque el internet me iba fatal en la peluquería y no podía hablar con él.
Cuando me tocó a mí, empezaron a peinarme y tardaron un buen rato hasta que me cogieron los rulos y otra vez a esperar.
Después, me pusieron el tocado y admiré lo bien que me había quedado todo. Me veía guapa y ahora tocaba que mi tía Leyre me pintara.
Estaba nerviosa y con ganas de salir ya en la cabalgata pero, tenia miedo a ponerme los zapatos porque habían encogido y apenas podía andar con ellos.
Cuando mi tía llegó, no se pensó dos veces coger la brocha y pintarme. A mi parecer, tardó más que la peluquera, pero dio buen resultado.
Yo me veía genial.
Al llegar a la carroza vi llegar a Daniela y Cristina, eso me alivió y estábamos desesperada por salir porque tardaban mucho.
Cuando salimos íbamos cargadas de caramelos y unas especies de pegatinas. Allí vi a mi yaya.
Todos íbamos saltando y cantando, mi padre nos daba juguetes para repartir. Fue una noche mágica, y se que también lo fue para los más pequeños pero sobretodo para la Prima de Aurora, a quien repartí una guitarra y un montón de juguetes.
Aurora me dijo que le había echo mucha ilusión a su prima puesto que ella había pedido una guitarra y sus padres no se la podían permitir.
Después de la cabalgata fuimos a una cena y hubo una gran fiesta donde mi tío, figurante del rey Gaspar, nos dio regalos a todos y cada uno de nosotros.
Una noche para recordar.

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