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- Dazai, tú maldito mocoso es más rebelde de lo que pensé, creo que tendré que aplicar en el unís castigos mas duros. ¿No te importa, verdad?

- no, claro que no. Has lo que tengas que hacer, mi hijo debe ser un rey respetable.

- entiendo ¿Chuuya aprueba esto? Sabes que yo no hago las cosas sin consultar con ambos padres.

- oh, el está totalmente de acuerdo— mintió mientras dejaba el micrófono apagado— escúchame bien, espero que no interfieras en lo que hago con nuestro hijo.

- s-si...— Chuuya esperaba que Osamu le hiciera algo pero al contrario, solo lo miro feo y volvió a su llamada—

- Fyodor ¿que a hecho mi hijo?

- el moscoso es bastante grosero, y no sigue mis órdenes. Deberías decirle algo, amenazalo con hacerle algo a su madre.

- no suena mal. Pásamelo— Roo ante eso, ya no a su propio esposo le tenía un poco de piedad a la hora de implicar castigos—

- ¡mocoso! ¡Tú padre quiere hablar contigo!

Fumiya salió de aquella habitación donde dormía junto con Yumeno, este solo se quedaba callado al ver como Fumiya tomaba el teléfono en sus manos con una Jeta hacia su madre.

- ¿que mierda quieres?— pregunto, pues ya no tenía el respeto a su padre—

- ¿como dices?— su voz se escuchó más grave y seria. Sus ojos comenzaron a tornarse rojos y Chuuya comenzaba a quejarse del dolor— ¿quieres repetir lo que acabas de decir?

- no— dijo el joven el escuchar a su madre casi suplicando por que su padre se detenga de lo que estaba haciéndole—

- hijo, ¿como van las cosas por haya? Mi querido amigo me estaba diciendo que no te estás portando del todo bien— el más alto dejo de torturar a su esposo para así su hijo escuchara lo que le tenía que decir—

- papa, el piensa que eres tú. Piensa que por donde amigos puede mandarme.

- yo le di la orden de mandarte, tienes que hacerle caso en lo que el te diga, así como me haces caso a mi y a tu madre.

- pero el no me cae bien, es muy mandón y estricto, no voy a hacerle caso a alguien que se la pasa encerrándome cada vez que tiene la oportunidad.

- por favor, como si aquí te hubiéramos tratado tan bien.

- al menos mi madre estaba ahí

- hijo, ¿si ves a tu madre, serías más obediente con mi amigo?

- si, necesito ver a mi mamá

- Perfecto. Le pediré a Fyodor que te lleve a casa y ahí podrás ver a tu madre.


- ¡mama!— Fumiya gritó al ver del lejos a Chuuya, corriendo hacia el y abrazarlo como si no lo hubiera visto en años—

- mi Niño...— Chuuya abrazo a su hijo, apesar que el no es la mejor de las madre, hacía su mayor esfuerzo para mantener una buena relación con su hijo—

- mama— el más joven comenzó a llorar, realmente había extraño los abrazados de su madre—

- mi amor ¿como has estado?

- mal, ahí no me tratan bien. No me dan de comer, me encierran todo el tiempo y me ponen a "reflexionar" sobre lo que digo o hago. No quiero estar ahí, extraño tenerte cerca.

El hijo del demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora