El pelirrojo lloraba a más no poder mientras su propia contraparte solo lo miraba con algo de satisfacción.
- deja de hacerme esa estúpida cara
- ha, no quiero
- por mi, te puedes ir al inframundo más abajo del infierno de donde mi esposo manda a los malditos que no merecen nada
- uy que miedo das
- aunque no creo que dures mucho, no serías el primero que va y le ruega a Dazai para salir
- síguele y te voy a partir la cara
- trata— el pelirrojo molesto contesto con un tono de autoridad— no estoy pintado en la pared
- pero se terminó el reinado de el gran Chuuya
El pelirrojo con ojos rojos comenzó a reír
- le levantaste la voz y pusiste por encima a tu hijo, y eso es algo que no perdonará
Chuuya miro de reojo al otro
- pero que puedo decir, tú lo sabes mejor que yo ¿no?
- y lo dice la voz de la experiencia ¿no?
Ambos pelirrojos miraron con odio, se odiaban. Ambos querían ser quien este al lado de Dazai, el trono en cuestión no era tan importante, solo les interesaba estar con Dazai.
Arahabaki especialmente por la lujuria, el deseo y todo lo que a Chuuya le faltaba para ser un demonio real.
Mientras ambos discutían, se pudo ver como el castaño estaba delante del esposo
- callense los dos
Ambos se quedaron en silencio
- ustedes dos se la pasan peleando todo el tiempo , ¿creen que no me doy cuenta? Puedo ver a donde sea, tengo ojos en todas partes
Ambos se miraron de nuevo con odio
- solo uno de ustedes va a quedarse a mi lado
- es claro que seré yo— presumió Arahabaki—
- el que pueda romper el espejo, y encerrar, desterrar o matar al otro, será quien se quedará por siempre a mi lado
Ambos se miraron con odio
El de ojos rojos no tardó en atacar al de ojos azules, lanzándose contra el y dándole golpes en su rostro.
Pero Chuuya pudo visualizar una imagen que fue proporcionada por su esposo, una imagen de su hijo.
Con fuerza,lanzó al otro hacia el otro lado de la zona rodeada de espejos, golpeándose la espalda con ellos, clavándose algunos fragmentos del espejo.
Lo tomó por los hombros y lo azoto contra el otro espejo pequeño, también clavándole los fragmentos en la cara.
Con rapidez y sin darle tiempo para recuperarse, lo tomó del cabello y parte de la cadera para poder hacerlo caminar.
Osamu retrocedió unos cuantos pasos, para luego el de ojos rojos ser lanzado hacia el espejo principal, haciendo que este se rompa.
Pero Chuuya no iba a terminar ahí
Volvió a parar al Arahabaki, y de nuevo lo azoto contra la pared y le dio un rodillazo en su parte más baja.
Vio la mesa que había en esa habitación, era una pequeña y un poco vieja pero lo suficiente para romperse.
Lo tomó en sus brazos y lo azoto con otra la mesa, y este ya no podía ni moverse.
- un consejo— levantó la cabeza de este muy molesto— nunca intentes meterte con una madre
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El hijo del demonio
FanfictionNo tengo la Puta idea de que es esto No se si vaya a terminarla algún día.