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- Dazai— llamó su esposo, pero no hubo respuesta— Osamu— volvió a llamar pero de nuevo no ibo respuesta— Samu

-¿hm?— Por fin el castaño del había dignado a responder, le gustaba que Chuuya lo llamara por ese apodo—

- ¿que estás haciendo?— preguntó al ver a su esposo en la habitación de su hijo, quien estaba en el comedor cenando— pensé que dijiste que estabas cansado y que te irías a la cama.

- si, estoy cansado. Pero primero hay un asunto que debo resolver.

- no lo harás ¿verdad?...

- por supuesto que lo haré, es parte del trato que hice con mi socio.

- pero es de tu hijo de quien estamos hablando, Tu sangre, el heredero al trono. No confío en que ese demonio críe a tu hijo.

- Chuuya. Hago esto por su bien, Justo por que es el heredero al trono es que debo educarlo bien. No voy a darle el trono a un mocoso mal educado,no pienso arriesgarme.

- pero

El más bajo fue callado al sentir como una cadena se encontraba en su cuello, haciendo que este cayera de rodillas ante su esposo,mientras el más alto jalaba la cadena hacía el, como si de la correa de un perro se tratara, hasta que Chuuya estaba Justo a sus pies.

- lo siento amor, no quiero hacer esto.— con fuerza apretó un poco el metal del aro sobre el cuello de su lindo esposo— fallaste como madre, tú le diste la vida pero haces un pésimo trabajo como su madre.

- h-hayo lo mejor que puedo...p-pero no l-lo mandes con el.— rogaba el más bajo, apesar de mostrarse dominante ante los demás, cuando su esposo se ponía serio o molesto, era el más sumiso ante el, sabía que si lo cuestionaba el castigo sería peor, mejor estar de su lado—

- ¡¿estás cuestionando mi autoridad?!— jalo con más fuerza la cadena, haciendo que el más bajo sienta dolor en el cuello—

- N-No

- entonces cállate y deja que yo me encargue de esto. Fallaste como madre,te lo dije durante el embarazo. Si fallabas en tu trabajo como madre, iba a separarte de tu hijo, no me importa la razón. Educaste mal a mi hijo y eso no puede ser, lo envidare con alguien que si pueda criarlo como el heredero del trono que es. ¿Entendiste?

- s-si

- si ¿que?

- s-si, mi rey

- bien— gracias a su poder, pudo quitar la cadena de Chuuya, fue creada para que esté siempre obedeciera sus órdenes, sabía que si no tenía bien controlado a Chuuya, Chuuya sería igual a si hijo.

Fumiya era una copia física de su padre pero en actitud y forma de ser era igual a su madre.


Horas más tarde, Fumiya fue a su habitación y vio a su madre llorando sin consuelo, abrazando la mantita que tiene desde que es un pequeño bebé.

- ¿mamá? ¿Estas bien?

- m-mi niño—el más bajo se acercó a su hijo, abrazándolo con cariño, algo que no hacía desde que este era un bebé—

- ¿que pasa?— preguntó mientras abrazaba a su madre—

- no me pasa nada, tranquilo.

- esto no es normal ¿que te hizo mi padre?

- n-nada, solo debes hablar con tu padre...

- mama, ¿tan malo es para que llores así?

- habla con el,no te preocupes por mi, solo habla con el.

- lo haré...— se soltó del abrazo de si madre, debía ser algo malo para que de la nada su madre le hablara con tanto cariño.—

Fumiya dejó su habitación y a su nadie ahí, fue donde su padre lo estaba esperando, para hablar con el.

- ya estoy aquí, ¿que pasa? Encontré llorando a mi madre ¿que le hiciste?

- hijo, que bueno que te dignas a aparecer.

- ¿que es lo que quieres? Mi madre está llorando sin consuelo en mi habitación.

- oh... tú madre está bien, solo le duele tener que dejarte ir, ya sabes. Dolor de madre.

- algo le hiciste

- bueno, tome una decisión que no le agrado del todo, digamos que hable con un amigo mío,te irás a vivir con el. Tu madre falló en educarte bien, mi amigo va a educarte bien.

- !¿que?! ¡¿Por que?! ¡¿Con que derecho?!

- con el derecho que tengo al ser tu padre, aquí y en tu vida quien manda soy yo.

- ¡no! ¡¿Que hiciste tú para darme la vida?! ¡Nada! ¡Mi madre sacrificó su cuerpo por mi! ¡Soportó 9 meses llevándome en su vientre para que yo naciera! ¡Le hice pasar dolor y aún así el lo soporto! ¡¿Que hiciste tú para que yo viniera a este infierno!

- ¡yo soy tu padre! ¡Por mi es Que estás aquí! ¡Si,tú madre soporto lo más duro pero si no fuera por mi no estarías aquí!

- ¡no sabes cuanto te odio! ¡Odio todo de ti! ¡Hubiera preferido ser un demonio de bajo rango que ser tu hijo!

- ¡basta!— su padre comenzaba a molestarse más, sus cuernos comenzaban a salir, sus ojos se tornaban rojos por el enojo que su hijo le estaba haciendo pasar— ¡haras lo que te digo, si te dejo con tu madre vas a ser el peor de los reyes!

- ¡jamás te pedí gobernar!

- ¡no me interesa!

- ¡es obvio que no te interesa,jamás te interese! ¡El único que se preocupó al menos un poco por mi es mi madre! ¡No iré a ningún lado!

- ¡claro que lo harás!

De un rápido chasquido de dedos de formó un pequeño portal-espejo, dejando ver como Chuuya se retorcía del dolor al sentir como mil de cuchillos que no se veían apuñalaban su piel.

Gritaba del dolor, su hijo vio eso.

- ¡mamá!— gritó el más joven, no le gustaba ver a su madre asi, después de todo lo quería—

- ¿ya vez? Tú madre paga las consecuencias de tus palabras, ¿seguirás faltándome al respeto? Puedo hacer que el sufra más— apretó un poco su mano, haciendo que el dolor de Chuuya se vuelva más fuerte—

- ¡mamá!— gritó El Niño al ver a su madre, no quieres que este siguiera sufriendo por el— ¡está bien pero déjalo en paz!

- muy bien— dejó de usar sus poderes en el pelirrojo, quien sintió alivio al no sentir el dolor en su cuerpo— te irás hoy, tienes 5 minutos para despedirte de ti madre.

Continuará

El hijo del demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora