Fumiya llegó a la casa del socio de su padre, donde este solo le dio la bienvenida, y le dijo donde estaba su habitación, el joven dejó sus cosas y el adulto le llamó la atención.
- Niño, eres un descortés. No dejes las maletas tiradas por ahí, por favor.—
- ¿eh?— el joven se veía confundido—
- es muy mal visto que dejes tus cosas tiras, organiza y cuando termines bajas a cenar— ordenó el azabache de ojos violeta oscuro—
- ¿por que debería? Yo solo le hago caso a mi padre y a mi madre, no tengo por qué hacerle caso a usted.
- por favor, estás aquí para mejorar tu comportamiento. No harás lo que tú quieras.
- no, no haré lo que usted me diga
- muy bien— el azabache camino a la puerta— entonces no vas a comer—
Fyodor cerró la puerta de la habitación con llave de afuera, encerrando al más joven. Fumiya se dio cuenta de eso, sabía que el azabache lo estaba "educando" y eso lo odiaba.
No pudo hacer nada más que pensar que hacer, hasta que se le ocurrió una cosa, llamar a su madre. Apesar que chuya y el peleaban mucho,aún así siempre se terminaba disculpando con el.
Marco hasta que su padre le contestó.
- oh, Fumiya. No pensé que llamarías ¿pasa algo?— pregunto con hipocresía—
- ¿donde está mi madre?— preguntó-
- oh, tú madre. El, esta bien— mentía, tenía a Chuuya estába en el suelo mientras abrazaba su vientre, sangrando por su parte baja. Desde que su hijo los dejó, había estado recibiendo golpes de su esposo por cosas pequeñas—
- ¿puedo hablar con el?
- si— el castaño puso el micrófono en silencio, tomó a Chuuya del cabello— escucha, si le dices algo de lo que te hago a mi hijo. El castigo será peor ¿entiendes?
- si...— el pelirrojo tomó en manos el teléfono, aún sollozando— hola mi niño ¿cómo estás?
- mama ¿por que lloras?
- no es nada, solo por que te extraño mi amor. ¿Cómo estás?
- mal, este señor me encerró y no me dará de comer hasta que limpie "el desastre que tengo"— informó el menor—
- Fumiya, solo has lo que te pida,es lo mejor
- pero mamá
- solo se obediente,es lo mejor. Así más rápido podremos vernos...
- está bien...
- ya debo irme— dijo al ver el rostro molesto de su esposo— te llamaré cuando pueda, adiós mi amor. Te amo
Chuya colgó la llamada, bajo el teléfono y se acercó a su esposo, sentándose sobre su regazo, necesitaba saber si hizo bien o mal en su llamada. Si Dazai lo tocaba es que lo hizo bien pero si este lo apartaba le tocaba castigo.
Dazai tomó con su mano derecha la cadera de Chuuya y con la izquierda acariciaba la cintura, dándole besos en la nuca.
- ¿ves? ¿Que te costaba a hacer eso?
- no me gusta mentirle a mi hijo.
- antes que tuyo es mío
- si, como tú digas.
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Habían pasado semanas y Fumiya ya estaba harto de Fyodor y su perfection, le sacaba de quicio. No le importa no comer, con su poder podía crear su propia comida.Cada día el azabache le daba órdenes y fumiya cadi nunca las debía, debéis ser EL quien de las órdenes, no un tipo que jamás había visto en su larga vida.
Era un hecho, ese hombre pensaba que encerrándolo iba a entender las cosas, pero ese método ya no funciona en el, ya que el desde muy pequeño que era encerrado por su padre cuando "se portaba mal"
Ya estaba acostumbrado, así que no ese método no funciona ya con el. Ya no debería ser una sorpresa que lo encerraran en una habitación, solo faltaba que le quitaran la luz. Pero mejor calmar antes de darle ideas a Fyodor.
La puerta de la habitación de Fumiya, fue abierta y se pudo ver a un joven cabello castaño casi azabache y blanco.
Camino dentro de la habitación y no comprendía nada.
— ¡¿quien eres?! ¡¿Que haces en mi habitación?!— pregunto el joven—
— soy Fumiya, el príncipe del infierno...
— ¿que hace el príncipe en mi cuarto?— preguntó el chico—
— mi padre me trajo aquí, piensan que necesito un cambio de comportamiento. Ja, estupido.
— y te mandaron con mi madre, ya veo— el de ojos bicolor del sentí en su cama—
— ¿tú madre?
— si? Fyodor fue quien me dio a luz, y mi padre. El es solo un demonio con poder, pero mejor no hacerlo enojar, el es el gobernante del anillo del orgullo.
— tú madre me cae mal.
— si, puede caer mal por que es muy perfeccionista y orgulloso, no le justa que no sigan sus órdenes, hacerlo enojar es una tortura.
— ¿por que? ¿Que te hace?
— no quieres saber...
— dime, puedes confiar en mi.
— está bien... cuando mi madre se molesta, cancela mi poder y me lleva a los demonios de bajo rango y me hace sobrevivir ahí sin protección por una semana.
— que horrible, mi madre solo le encerraba y el...recibía los castigos de mis actos...
— ¿por que?
— mi madre...el es castigado físicamente por mi padre solo por que yo me porto mal. Pero ¿como debo portarme?
- sigue las órdenes que te den, h ya así sin responder eso hará feliz a mamá y no tendrá de otra más que dejarte ir.
- o, puedo escapar
- ah, te recomiendo que no lo hagas, lo harás enojar no queremos eso ¿verdad?
- tu no, pero yo si...
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Continuará

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El hijo del demonio
Hayran KurguNo tengo la Puta idea de que es esto No se si vaya a terminarla algún día.